Los delincuentes multirreincidentes nunca saben cuándo es suficiente. Entran y salen de los juzgados como de su casa y no dejan pasar ni un día antes de volver a romper las leyes. El error de un ladrón en concreto fue volver a la misma empresa de coches de alquiler de Barcelona de donde, un día antes, había sustraído dos vehículos con un compañero, para intentar estafarlos y llevarse gratis otros tres coches. Los trabajadores lo reconocieron y no solo truncaron su incursión, sino que avisaron a los Mossos d'Esquadra quienes volvieron a detenerlo, solo 24 horas después de que el magistrado del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia lo dejara en libertad.
Los hechos se remontan al pasado 5 de septiembre, cuando la policía catalana recibió una denuncia por parte de la mencionada empresa según la cual les habían robado dos coches del interior de un parking privado situado en el distrito de Sants donde los ladrones habían accedido después de forzar la puerta de entrada. Además, también les faltaba una decena de llaves de otros coches, tres tabletas y un teléfono móvil. Los agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USC) de Sants-Montjuïc de los Mossos asumieron el caso y localizaron fácilmente los dos turismos gracias al GPS que los ladrones no habían desactivado.
Los errores se les fueron acumulando, porque, aparte de no desactivar los sistemas de geolocalización, tampoco se taparon las caras cuando entraron en el parking y los investigadores pudieron identificarlos gracias a las cámaras de seguridad del recinto. Con todo, los siguieron hasta L'Hospitalet de Llobregat, donde pillaron -con la colaboración de las patrullas del Área Básica Policial (ABP) del municipio- a los dos hombres, de 32 y 33 años, cuyas nacionalidades la policía catalana no ha querido comunicar, acusados de los delitos de robo con fuerza y de robo o hurto de uso de vehículo. Entre los dos acumulan una treintena de antecedentes por delitos contra el patrimonio.
Uno de los ladrones no se puede resistir e intenta estafar a la misma empresa
Los delincuentes pasaron a disposición judicial el día siguiente, 6 de septiembre. Tan pronto como quedó en libertad, uno de ellos decidió que había dejado el trabajo a la mitad y que tenía que volver a la empresa de vehículos de alquiler. Resulta que, con las tabletas que habían robado, accedió al perfil de uno de los empleados e hizo tres contratos de alquiler fraudulentos: por dos de los coches no tenía que pagar nada y por el tercero, que tenía un coste inicial de 2.391,95 euros, indicó que había pagado 3.300, por lo cual, a la hora de ir a recogerlo, la empresa le debía a él 908,05 euros.
No se detuvo a pensar que los trabajadores lo tenían fichado después de dejarse grabar por las cámaras de seguridad. De hecho, cuando intentó llevarse el primer coche, los empleados llamaron a los Mossos y lo echaron de las oficinas. Los agentes lo localizaron muy cerca y lo volvieron a detener, en este caso, acusado de un delito de estafa. En el registro encontraron dos de las llaves que habían sustraído el día anterior. El arrestado volvió a ser puesto a disposición judicial el día 7 de septiembre.