Nuevo caso de maltrato animal en la Región de Murcia. O, como mínimo, eso parece por la investigación que ha abierto la Guardia Civil en colaboración con la Policía Local de Alguazas, en el marco de la operación Loneliness. En estos momentos están investigando dos propietarios de un perro como presuntos autores de este delito contra el bienestar del cánido. Al cual abandonaron, supuestamente, en una pequeña casa de la huerta de Alguazas, municipio con casi 10.000 habitantes y en los alrededores de la capital autonómica. Las primeras indagaciones de los agentes se iniciaron a principios del mes de mayo, cuando los policías municipales pusieron en conocimiento de los guardias civiles un supuesto delito por maltrato animal.
La información de estos hechos llegaron a través de una asociación protectora de animales. Los activistas de esta organización habían comunicado la situación de abandono de un perro mestizo de mastín, que se encontraba en una pequeña casa de los campos agrarios de Alguazas, según han informado fuentes de la Guardia Civil en un comunicado este miércoles. Los agentes, poco después, llegaron a la casa, con especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, y se encontraron el cánido completamente famélico y con los huesos marcados bajo la piel. Esta extrema delgadez le provocaba que casi no pudiera mantenerse de pie. Por todo ello, fue rescatado por los agentes y acogido provisionalmente por la entidad que dio la voz de alarma.
Un padre y su hija acusados de maltrato animal
Los agentes, tanto del Seprona de la Guardia Civil como de la Policía Local de Alguazas, realizaron las gestiones pertinentes para identificar y localizar al dueño del perro. Finalmente fueron dos personas, un padre y su hija, que eran los propietarios del mastín. La operación culminó con los policías del Seprona instruyendo diligencias contra ellos como presuntos autores de un delito de maltrato animal. El cuerpo ha recordado que este tipo de actos son castigados en el Código Penal, en el artículo 340, y pueden provocar penas de prisión de 3 a 18 meses o una multa de 6 a 12 meses, además de una inhabilitación especial de 1 a 3 años para ejercer la profesión o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de estos.