Los robos en entidades bancarias están cambiando. Entrar a la hora de abrir o cerrar y amenazar a los trabajadores para que entreguen el dinero es cada vez menos habitual. Ahora, en cambio, los asaltos acostumbran a ser de noche cuando no hay nadie y el objetivo ya no es el efectivo que hay dentro de la caja fuerte, sino que muchas veces su objetivo son los cajeros automáticos. Hay bandas especializadas en arrancarlos de forma bruta con un camión, mientras algunos ladrones optan por destrozarlos de manera manual o entrar por la fuerza en las sucursales. Uno de estos últimos casos se ha producido este sábado en la ciudad de Barcelona y habría podido acabar muy mal.
Los hechos tuvieron lugar hacia la una de la madrugada, cuando el teléfono de emergencias 112 recibió las llamadas de varios vecinos de la calle Gran de Sant Andreu alertando que un individuo estaba intentando entrar a robar en una sucursal del Banco Santander. Efectivos de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra se desplazaron inmediatamente en su sitio y se encontraron al ladrón dentro de las oficinas después de que consiguiera entrar reventando la puerta a golpes con una bombona de butano, con el peligro que eso conlleva. Sin embargo, no consiguió llevarse nada y acabó detenido por los agentes de la policía municipal.
Asaltan un cajero del BBVA en Terrassa
Esta misma semana, se ha vivido un episodio similar en la ciudad de Terrassa. Los hechos tuvieron lugar el día de Sant Esteve a primera hora de la tarde, cuando a plena luz del día un individuo destrozó los cajeros automáticos de una oficina del BBVA situada a la plaza del Triomf con la intención de llevarse el dinero. No obstante, a pesar de acceder al interior, no consiguió llegar al dinero y escapó sin botín, tal como apunta MónTerrassa. Se ha abierto una investigación con el fin de encontrar al autor, que fue grabado por las cámaras de seguridad de la sucursal y dejó restos de sangre al herirse cuando destrozaba el cajero.