Era el hombre más buscado desde el 24 de agosto, el día que ahogó con una almohada y mató a su hijo Leo. Este mediodía una unidad especializada de los Mossos d'Esquadra que estaba haciendo una batida por la zona ha encontrado el cadáver de Martín Ezequiel Álvarez Giaccio, el hombre de 44 años y de nacionalidad argentina y española, acusado del crimen del hotel Concordia de Barcelona.

El cuerpo del presunto parricida estaba en avanzado estado de descomposición y los Mossos d'Esquadra lo han encontrado colgado de un árbol, a menos de 5 metros de un camino que cada día hacen ciclistas y corredores, junto a la terminal T1 del Aeropuerto del Prat.

 

Los Mossos sabían que podía estar muerto -no había ninguna señal de vida, como movimientos de tarjetas o registros en hoteles, desde el día del crimen; no había cogido ningún vuelo y en el cacheo en su casa se encontró el pasaporte- pero no sabían dónde estaba. Hoy se ha cerrado el caso.

Agentes de los Mossos d'Esquadra en la zona donde se ha encontrado el cadáver del parel del niño / GRS

Los investigadores del Área de Investigación Criminal (AIC) a media tarde hablaban del 99% confirmación que era el asesino, y por la noche, después del levantamiento del cadáver, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) lo ha confirmado al 100%.

De matar a su hijo en un hotel a colgarse en el Aeropuerto del Prat

El día de los hechos envió un mensaje a su expareja diciendo que fuera a la habitación 704 del hotel del Paralelo y allí se encontraron el cadáver de Leo, el niño de dos años que tenían en común. Los esfuerzos de los agentes de la Guardia Urbana y de los técnicos del SEM no sirvieron por nada y solamente pudieron confirmar a la muerte del menor.

Martín Ezequiel Álvarez Giaccio, después de matar a la criatura, cuando todavía no estaba en busca y captura, escapó del hotel -se había registrado un par de horas antes- y se marchó hasta el Aeropuerto del Prat, que es el último lugar donde se lo vio en vida.

Llegó en taxi y se marchó a pie. Fue en dirección al aparcamiento exterior de la terminal T1 y de allí entró en un túnel que pasa por debajo de una carretera hasta llegar a la zona donde hoy ha sido localizado, entre la valla y un canal del río Llobregat, en una zona de cañas.

Túnel por donde accedió a la zona de cañas, junto a la T1 / GRS

Hacía veinte días que estaba en busca y captura

El mal olor del cadáver se podía sentir a varios metros, pero extrañamente hasta hoy nadie lo ha encontrado. El cadáver estaba colgado de un árbol de unos cuatro metros y una unidad central del cuerpo, que estaba haciendo búsqueda por el canal, lo ha podido encontrar.

En la zona los últimos días se habían hecho batidas con varias unidades especializadas como el canino o la nueva unidad de drones, desde la T1 casi hasta tocar el Garraf, pero siempre con resultado negativo. El cadáver, sin embargo, era más cerca de dónde se creía.

Los agentes de los Mossos que se han desplazado a la zona del hallazgo han tenido que cortar la valla de hierro para poder acceder al cadáver, que presentaba evidentes signos de descomposición.

No tenía intención de matarse, antes del crimen

Por el estado del cuerpo, los investigadores creen que Martín Ezequiel Álvarez Giaccio se quitó la vida la misma noche de los hechos. Lo que no se podrá saber nunca es que fue a hacer al Aeropuerto del Prat, si tenía intención de escapar del país y se creyó buscado por la policía o qué le pasó por la cabeza.

Plano general de la zona donde se ha encontrado el cadáver del hombre, en el Aeropuerto del Prat / GRS

De la manera como estaba colgado, y el lugar, hace pensar a los investigadores que no tenía intención de matarse, sino que la situación, después de los hechos, lo llevaron a este trágico final. Haberlo encontrado sin vida cierra el caso: no podrá ser juzgado por el asqueroso crimen del pequeño Leo.

Sigue el secreto de sumario

Alrededor de las siete y media de la tarde de este miércoles la jueza que ha asumido el caso ha autorizado el levantamiento del cadáver, que ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal de Catalunya, donde se le practicará la autopsia.

En el ugar de los hechos quedaba la marca que han dejado los agentes para abrir la valla para poder acceder en el cadáver y también un resto de líquidos corporales de la putrefacción del cuerpo, durante estos más de veinte días que ha sido colgado, y también la marca de la soga que utilizó para ahogarse aún colgada en el árbol. El caso del crimen del niño de dos años en el hotel Concordia de Barcelona se ha cerrado sabiendo que el asesino ahora ya no está libre.