Tras el descubrimiento del túnel transfronterizo que los narcos marroquíes utilizaban para introducir droga en España por Ceuta, ahora cae una nueva mafia venida del reino alauí que también usaba como sucursal la ciudad autónoma española y otros puntos de la Península. La Policía Nacional, con la colaboración de Europol, ha desmantelado una red que operaba en el Estrecho y que se dedicaba al tráfico de personas y estupefacientes mediante el método de cargas mixtas. Pero, para ello, ofrecían un pack todo incluido, como si fuera una promoción vacacional, por 14.600 euros para llegar desde Marruecos a territorio español y de ahí poder moverse al resto de la Unión Europea.
Esta mafia estaba asentada en Ceuta y Algeciras (Cádiz) y los agentes han detenido a ocho personas, una de ellas menor de edad. La Policía Nacional, al ser preguntada por este medio, no ha querido facilitar la nacionalidad ni la edad de los arrestados. Las primeras estimaciones apuntan a que los implicados habrían obtenido unos beneficios de más de dos millones y medio de euros por estos packs completos, y sin contar el narcotráfico con el que iban acompañados los desplazamientos. Además, se les considera responsables de la entrada clandestina de al menos 200 inmigrantes marroquíes.
El operativo policial ha culminado con la detención de cuatro personas en Algeciras, tres en Ceuta y una en Ibiza, tres de las cuales han ingresado en prisión provisional. Además, los agentes incautaron varios objetos, 22 kilos de hachís y 10.800 comprimidos de clonazepam —sustancia que se utiliza para elaborar el karkubi, conocida como droga de los pobres. Pero, ¿cómo conseguían pasar desapercibidos e introducir a 200 personas de forma clandestina por diferentes puntos de la geografía española?
Así traficaron con 200 inmigrantes marroquíes y aprovecharon para transportar droga
La investigación de la Policía Nacional ha permitido constatar la existencia de una amplia estructura transnacional implicada en todas las fases del tráfico de personas, con ramificaciones tanto en Marruecos como en España. Todo comenzaba en territorio marroquí, donde hospedaban a los futuros inmigrantes en la localidad de Castillejos y desde allí se organizaba en pase a través del mar, mediante embarcaciones precarias o incluso a nado, en condiciones extremadamente peligrosas. De hecho, llegaron a hacer uso de scooters subacuáticas para facilitar el cruce de la frontera ceutí del Tarajal sin ser detectados.
Una vez que lograban llegar a suelo español, a través de la frontera marítima con Marruecos, los inmigrantes eran trasladados de forma clandestina en vehículos hasta los pisos francos o de seguridad que la mafia tenía en Ceuta. Allí los retenían contra su voluntad, muchas veces bajo amenazas constantes y con escaso acceso a alimentos, hasta que abonaban los 14.600 euros del pack todo incluido, que podía ascender hasta 14.600 euros, según el país europeo que habían elegido como destino final. Cuando ya habían pagado y las condiciones meteorológicas lo permitían, realizaban la travesía marítima hasta la costa de Algeciras y de allí al resto del continente europeo.
Una mafia en tres niveles que traficaba con personas y droga desde Marruecos
Pero durante estos peligrosos viajes en los que esta mafia traficaba con migrantes, también aprovechaban para cargar las embarcaciones con sustancias estupefacientes, con lo que se conoce como cargas mixtas. La organización criminal desarticulada, además, poseía una estructura jerárquica definida en tres niveles. En la cúspide se encontraban dos individuos que ejercían el control estratégico y financiero de las operaciones, uno operaba desde Ibiza y otro desde Ceuta. Ambos han sido detenidos y están en prisión provisional. Desde esta posición se encargaban de coordinar las rutas, establecer contactos en ambos lados de la frontera y gestionar los pagos exigidos a los inmigrantes.
En el segundo nivel estaban los encargados del cruce marítimo, incluidos menores de edad adiestrados como pilotos de embarcaciones precarias y personas que guiaban a los inmigrantes a nado utilizando scooters subacuáticos para eludir los controles fronterizos, en condiciones muy peligrosas, sin medidas de seguridad ni experiencia náutica. La Policía Nacional ha intervenido dos embarcaciones. Por último, el tercer nivel comprendía a aquellos individuos que prestaban apoyo logístico en tierra. Eran los encargados del traslado de los inmigrantes hasta pisos de seguridad y vigilancia, custodiaban la droga y efectuaban el cobro de los pagos por la peligrosa travesía.