A la hora de circular por la carretera nos podemos encontrar con diferentes tipos de radares de velocidad. Existen los fijos, que están ubicados en un punto concreto de la vía. También los de tramo, aquellos que monitorizan la velocidad de circulación entre un punto y otro. Por último, los móviles, aquellos que van cambiando constantemente de localización y que pueden estar en el arcén o dentro de un coche camuflado. Estos son los más eficientes para la Dirección General de Tráfico (DGT), ya que son los que la gente no saben donde están y multan además conductores.

Por este motivo, está adquiriendo más radares de este tipo y con la última tecnología. Se trata de los Velolaser, de los cuales acaban de adquirir unas nuevas 70 unidades, llegando así a las 2.710 en total. Este modelo es la gallina de los huevos de oro de la DGT por sus dimensiones, peso y conectividad, que hacen que tenga una forma rápida de imposición de las sanciones y no haga falta que se haga un control posterior para entregar la multa.

Los Velolaser se pueden encontrar tanto en carreteras como en el interior de núcleos urbanos, así que hay que ir con cuidado con la velocidad en cualquier momento. Hasta ahora el gasto destinado al comprar estos cinemómetros ha sido de 610.678,25 euros, lo que equivaldría a unos 8.800 euros cada unidad, según el portal Solo Moto. Se espera, sin embargo, que este gasto se pueda amortizar rápidamente con la cantidad económica recaudada en las multas que pondrán.

El exceso de velocidad, la segunda causa de accidentes en España

Según un estudio de la DGT sobre la siniestralidad vial del 2021, el exceso de velocidad se convirtió en la segunda causa de accidentes en España, superando el consumo de alcohol y drogas con respecto al 2020. En primera posición se encuentran las distracciones al volante, especialmente el uso del teléfono móvil. Por este motivo se está incrementando la adquisición de Velolasers, aunque se desconoce si será para colocar nueve radares de velocidad en punto donde ahora no hay o será para sustituir algunos de los existentes que ya utilizan una tecnología obsoleta.