El pasado 31 de octubre los vecinos de Gijón se despertaban con la noticia de la muerte del Olivia, una niña de seis años, asesinada presuntamente por su madre. La Policía encontró a madre e hija en la cama: la primera aseguraba que había tomado barbitúricos y fue trasladada, ya detenida, al hospital; desgraciadamente, la pequeña ya estaba muerta, asfixiada a consecuencia de una sobredosis de pastillas administradas por su madre.

La acusada, Noemí Martínez, estaba en tratamiento psiquiátrico y hacía años que tomaba unos tranquilizantes por prescripción médica. La noche del crimen habría utilizado estos medicamentos para matar a su hija, administrándoselas en un vaso de leche con cacao, los restos de los cuales  fueron encontrados al hacer la autopsia. Noemí Martínez está a la espera de pasar a disposición judicial, y fuentes de la Policía de Gijón aseguran que durante su detención ha mostrado una actitud fría y sin ningún remordimiento ante lo que había cometido.

Acababa de perder la custodia

El padre de la niña, Eugenio, hacía cinco años que luchaba por obtener la custodia del Olivia. Noemí y él se casaron en 2015, y poco después de tener la hija Eugenio pidió el divorcio. La separación afectó a Noemí, quien denunció a su exmarido hasta 28 veces acusándolo de maltratos físicos y psicológicos, por agresiones y abusos a la menor, por incumplimiento del régimen de visitas y así un largo etcétera. El padre fue absuelto en todos los casos y finalmente le otorgaron la custodia de Olivia, un día antes del crimen.

Precisamente este fallo judicial fue el detonante que llevó a Noemí a tomar la macabra decisión de poner fin a la vida de la pequeña. "Antes de dejarla con su padre, la mato" escribió en un mensaje a su hermano después de llevarse a la niña de Segovia, donde vive el padre, a Gijón, según avanza El Comercio. Fue este hermano quien alertó a la Policía al no recibir ninguna noticia de Noemí, y que acabó con el trágico hallazgo del cadáver de la niña.

'Se veía venir'

La familia paterna de Olivia, así como los vecinos y conocidos de su padre, aseguran que durante los últimos años ha habido muchas señales que alertaban de que la madre no se detendría ante nada con el fin de mantener la custodia de su hija. En una ocasión, llegó a denunciar a la abuela paterna por maltratos. "No se atrevía ni a bañar a la niña, por miedo a que se hiciera un moratón y Noemí según lo viera la denunciara por agresión," han dicho a El Comercio los familiares de Eugenio.

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La familia paterna de Olívia transportó el féretro de la pequeña / EFE

"Eso se veía venir, se veía venir", lamentaba también una de las sanitarias que tuvo que declarar en uno de los juicios para aclarar que una herida que tenía Olivia se la había hecho jugando en la calle con sus primas. La niña ha sido enterrada en Torrecaballeros, localidad segoviana donde reside su padre.