El pasado martes 3 de octubre aparecía el cuerpo sin vida de un adolescente de 17 años en el jardín de su casa, en la calle Monticello de Banks, en Alabama (Estados Unidos). El chico llevaba desaparecido desde el lunes, y fue su padre quien hizo el macabro hallazgo. El culpable no tardó en aparecer: el hermano pequeño de la víctima, de 14 años, confesó a los agentes de la oficina del Sheriff del Comtat de Pike haberlo disparado repetidamente dentro del domicilio familiar, para después arrastrarlo 50 metros en el jardín y enterrarlo.
La investigación reveló que el chico había explicado lo que había hecho a un amigo de la escuela y que, además, le pidió ayuda para matar a otros miembros de su familia. En este sentido, los oficiales encargados de la investigación encontraron una "lista negra" entre sus pertenencias con los nombres de las personas, todos parientes suyos, que pretendía asesinar.
Había amenazado con tirotear la escuela
Al interrogar a los amigos y compañeros del menor detenido, la policía de Banks descubrió que no solo era responsable de la muerte de su hermano, y que sus tendencias asesinas no iban dirigidas exclusivamente a su familia: aparentemente, había amenazado en repetidas ocasiones con ir a la escuela con una pistola y matar indiscriminadamente a profesores y alumnos. Además, el día de la desaparición de su hermano, algunos de sus amigos recuerdan que hizo comentarios perturbadores al respecto.
A consecuencia de su confesión y de las evidencias encontradas contra él, el menor quedó detenido por los oficiales de la comisaría del Sheriff del condado. A estas alturas, está pendiente determinar si se le juzgará como un adulto, en una vista que está programada a principios de la próxima semana, mientras se investigan las causas que han motivado este parricidio. Desde la oficina del Sheriff han expresado su pésame a la familia del adolescente asesinado, y han asegurado sentirse afortunados para "no tener más víctimas como resultado del acceso de un chico de 14 años a un arma de fuego".