El Ayuntamiento de Lleida ha dado un golpe definitivo al Bar Lux Prémium Sisha Lounge, situado en la calle Sans i Ribes de la capital del Segrià después de que operara como si fuera una discoteca sin ningún tipo de habilitación. Lo que parecía un bar más del centro de la ciudad era, en realidad, una tapadera con altavoces y pipas de agua y sin ningún papel en regla.

Durante varias inspecciones hechas por la Guàrdia Urbana de Lleida los meses de verano, el Ayuntamiento tuvo constancia que en el interior del local, registrado oficialmente como bar, había decoración orientada a simular una discoteca: mesa de mezclas de sonido conectada a dos amplificadores, múltiples altavoces y un equipo audiovisual de alto voltaje. Además, la policía comprobó que la música sonaba a todo volumen, sin ningún limitador de sonido y que la discoteca no emitía ningún tipo de ticket de facturación.

Eso no es todo: los agentes también descubrieron pipas de agua y cachimbas a disposición de los clientes, hecho que no estaba ni contemplado a su licencia original, y por el cual no había ninguna documentación al respecto. Además, el local no disponía de un sistema de ventilación apto para garantizar la calidad del aire ante un uso intensivo de estos objetos, que sirven para fumar tabaco aromatizado, entre otras sustancias.

Expediente sancionador

El Ayuntamiento de Lleida ha abierto un expediente sancionador por dos faltas graves: la de actividad musical sin título habilitante y la de instalación de cachimbas sin permiso para hacerlo. Las multas a las cuales se enfrentan podrían rondar entre los 1000 y los 10.000 euros, e incluso llegar a los 20.000 euros en caso de que los propietarios del bar vuelvan a abrir sin permisos.

El consistorio, por su parte, asegura que no es viable legalizar esta actividad en este local, ya que no cumple los requisitos municipales de emplazamiento ni de instalación para dar conciertos o funcionar como discoteca. Ahora, el propietario del local dispone de un plazo para presentar alegaciones, pero no podrá reabrir el local hasta que no se haya adaptado a los estándares legales y conseguir la licencia correspondiente. De momento, las luces del Lux Prémium Shisha Lounge se apagan y el silencio vuelve a ser protagonista de la noche.