Al menos siete personas han perdido la vida y otros seis han sufrido heridas graves después de que un autobús urbano de San Petersburgo, en Rusia, se despeñara desde un puente al río Moika este viernes al mediodía. Según han informado desde el comité municipal de Transporte, el conductor del bus perdió el control, chocó contra un par de coches que había aparcados en la calle y, cuando dio un giro brusco para evitar más colisiones, acabó cayendo al agua. La escena fue grabada por unas cámaras de seguridad cercanas, y se han hecho virales en las redes.

En el autobús viajaban un total de 20 personas, de las cuales la mitad, más el conductor, consiguieron salir por su propio pie antes de que el vehículo empezara a hundirse dentro del río, que estos días tiene una temperatura muy por debajo de lo normal, ya que el país está sufriendo una ola de frío poco habitual para esta época del año. Los efectivos de rescate, que se desplazaron hasta el céntrico puente después de recibir el aviso del accidente, en torno a la una del mediodía (hora local), evacuaron con buzos al resto de víctimas, la mayoría inconscientes y al borde de la hipotermia, y les practicaron maniobras de reanimación en el mismo techo del autobús antes de trasladar a los heridos a un hospital.

El conductor, detenido

Las autoridades de San Petersburgo han puesto en marcha una investigación para aclarar qué causó la pérdida de control del conductor, que fue detenido acusado de imprudencia temeraria. El Ministerio del Interior ha anunciado que han abierto una causa penal también contra la compañía de autobuses, que habría sido multada en varias ocasiones por obligar a los conductores a trabajar sin descanso más de ocho horas seguidas al día.