Los Monty Python, el grupo cómico más universal y reconocido a nivel internacional, sigue siendo eterno. Durante sus décadas de éxito con producciones como La vida de Brian o Los caballeros de la mesa cuadrada, también hubo desencuentros que se han sabido mucho más tarde. Vicios y peleas formaron también parte de la famosa composición cómica.
Los Monty Python y la grabación de 'La vida de Brian'
Todo empezó a rodar a la velocidad de la luz tras el triunfo de la película Los caballeros de la mesa cuadrada, cuando la productora EMI propuso la filmación de una nueva película para conseguir otro taquillazo.
Pero la idea se venía gestando de antes. En plena promoción de su comedia sobre el rey Arturo, la prensa preguntaba por sus próximos proyectos y uno de los componentes, Eric Idle, respondió a un periodista que su próxima película se llamaría Jesucristo: ansias de gloria.

Escena de 'Los caballeros de la mesa cuadrada' / Archivo
Se trataba de una broma, pero la emoción que causó entre los miembros del grupo los llevó a realmente plantearse un filme centrado en el Mesías.
Sin embargo, la tarea de hacer comedia sobre Jesús era realmente complicada, aunque, una vez más, la magia de los Monty Python se hizo llegar y dieron con la clave del protagonista: un sencillo ciudadano llamado Brian, convertido en mesías.
Los secretos del rodaje del taquillazo
Para llevar a cabo el proyecto, durante dos semanas se centraron en investigar el contexto histórico de Jesucristo a través del Nuevo Testamento, manuscritos del Mar Muerto y películas bíblicas como Ben-Hur.
Tras la exploración, se reunieron en Bermudas, donde acabaron el guion en cuestión de semanas, rodeados de lujos y con acompañantes como Mick Jagger. Cuando volvieron de las islas los sketches estaban preparados, el temazo Always look on the bright side of life estaba aprobado y el batería de The Who, Keith Moon, incluido en el reparto.

Escena de 'La vida de Brian' / Archivo
Se decidió también que Graham Chapman haría de Brian, lo que él consideraba el papel más importante de su carrera y para el que debía prepararse a conciencia. A su vuelta del retiro en el que escribieron el guion conjuntamente, empezaron los conflictos.
Adicciones y peleas por Graham Chapman
El propio Graham hacía años que era adicto al alcohol, que ya empezaba a perjudicarle en la interpretación de las películas que empezaba a proyectar. Al asignarle el papel de Brian se ponían grandes expectativas en su performance, que no empezó a cumplir.
Fue entonces cuando otro de los Python, John Cleese, que había tenido un importante papel en la redacción del guion, empezó a plantearse la viabilidad de que su compañero siguiese trabajando con ellos: "¿Para qué me mato a escribir guiones si Graham se los va a cargar?", llegó a decir, causando una gran confrontación en el grupo.
Ese fue el punto de inflexión y Chapman, aunque se desconoce si por presión de la banda o por decisión personal, se encerró durante días para desintoxicarse antes de la grabación, que se llevaría a cabo en Túnez. Tras pasar el mono y los delirios, consiguió sobreponerse al alcohol y meterse en la piel del excelente Brian, que les garantizó el éxito.
Problemas de financiación: el 'beatle' que salvó la película
Sin embargo, al final, lord Bernard Delfont, el directivo de la productora EMI, se negó a financiar la película por resultar demasiado blasfema para el público general.
Y aquí llegó el beatle George Harrison al rescate, que asumió la producción de la película, hipotecando su residencia de 120 habitaciones en Friar Park en varios millones de libras.
Cuando le preguntaron por qué había decidido sufragar el filme con tanto dinero y riesgo, Harrison respondió: "porque quería verla". Idle bromearía más tarde diciendo que debía ser la entrada de cine más cara de la historia.