Este lunes ha arrancado en la Audiencia de Barcelona el juicio contra Brian Raimundo, el joven boliviano de 24 años acusado de haber agredido sexualmente y casi haber matado a una chica menor de edad la madrugada de la Castañada (Halloween, en Catalunya) de 2021, en Igualada (Barcelona). La chica salió de una fiesta a la discoteca Epic y el hombre la siguió, atacándola en un callejón de un polígono industrial junto a la sala de fiestas. El hombre, que tiene antecedentes por delitos sexuales y que pudo ser identificado y detenido después de meses de investigación, gracias a un vídeo que facilitó a la investigación un vecino que vio como un grupo de jóvenes hacían destrozos, llega al juicio sin haberse mostrado arrepentido de los hechos y con mucha carga de prueba contra él, sobre todo, restos biológicos -sangre y ADN- de la víctima que los Mossos encontraron en el registro en su casa, en el centro de Igualada, en abril de 2022, casi medio año después de los hechos. La Fiscalía y todas las partes piden para él una condena de 45 años de prisión por la brutal agresión sexual y también por tentativa de homicidio. La chica apareció gravemente herida después de ser atacada, supuestamente, por este joven.

 

Aunque estaba previsto que Brian Raimundo, el monstruo de Igualada, declarara hoy, su defensa ha pedido que lo hiciera en la finalización del juicio, y está previsto que sea el viernes, si bien podría adelantarse al jueves. Sea como sea, todas las partes creen que la declaración del hombre es innecesaria, por todos los indicios que hay contra él, que se han conseguido durante la fase de instrucción, y que durante el juicio quedarán como pruebas. Tampoco ha declarado, tal como estaba previsto, la madre de la víctima, que había sido pedida por la acusación particular, y que finalmente se ha suspendido.

Sí que ha declarado el chico con quien la víctima mantuvo relaciones sexuales antes de ser atacada y también la amiga con quien fue a la discoteca Epic aquella noche. También han sido escuchados por el tribunal los dos camioneros que atendieron a la víctima, menor de edad, cuando la encontraron medio muerta en un callejón del polígono industrial dónde Brian Raimundo la abandonó, herida, entre un charco de sangre, la madrugada del 1 de noviembre de 2021.

La declaración de la chica, a puerta cerrada

El tribunal ha ahorrado a la víctima, que todavía es menor de edad, volver a verse con su supuesto agresor, y ha aceptado que no tuviera que volver a declarar durante el juicio. Se ha escuchado, a puerta cerrada, la grabación de la declaración que la chica hizo al inicio de la instrucción. En aquel momento, igual que ahora, y a causa de las lesiones que sufrió durante la agresión, no recuerda nada y el tribunal ha ahorrado el trámite volver a declarar y, por lo tanto, volver a ver a su agresor en la sala de vistas.

Brian Raimundo, el acusado de la violación de Igualada, durante el juicio / Lorena Sopeña

La grabación se ha podido visionar durante esta primera sesión del juicio y ha sido escuchada por las partes, si bien no se ha facilitado el seguimiento a los medios y se ha hecho salir el público de la sala. Brian Raimundo, sentado en primera fila de la sala, ha escuchado atentamente la grabación, pero no lo ha podido ver, para evitar que pudiera volver a ver a su víctima.

Entre sangre y con la ropa rota

A preguntas de la acusación particular, la amiga de la chica, con quien ya no tiene relación actualmente, ha explicado cómo fue la noche hasta que se separaron, en la discoteca, y la chica se marchó con otro chico, que también ha declarado. El joven, Mario, ha explicado también que conoció a la víctima en Calafell, días antes, y que volvieron a encontrarse con la chica en la fiesta en Igualada, y salieron juntos de la discoteca y fueron a un lugar apartado, donde mantuvieron relaciones sexuales. Después, él se marchó, y la dejó en la zona; fue el último que la vio antes de ser atacada. Los dos testigos han explicado que la chica estaba consciente y que si bien sí que había bebido, en ningún momento había perdido la noción de dónde estaba, quién era o qué hacía, hasta que fue atacada por el agresor. Cuando él se marchó y volvió hacia Olesa de Montserrat, fue cuando, supuestamente, Brian Raimundo siguió y agredió sexualmente a la chica.

 

Después de dejarla abandonada, fueron dos camioneros los que encontraron a la chica. La joven estaba llena de sangre y tenía la ropa andrajosa, han explicado los dos ante el tribunal. Los dos llamaron al 112 si bien la chica, que estaba "medio muerta", pidió que no avisaran a nadie. Los camioneros han recordado que hacía mucho de frío y que taparon a la chica como pudieron, hasta que llegó la ambulancia y los Mossos d'Esquadra. "Se nos hizo eterna, la espera," ha asegurado uno de ellos.

Sigue el juicio

El juicio contra Brian Raimundo seguirá durando toda la semana. Está previsto que los próximos días declaren los Mossos que llevaron la investigación que permitió cerrar el círculo sobre el acusado y también a los agentes que hicieron el cacheo en su casa y que del análisis de las prendas de ropa intervenidas pudieron relacionarlo con los hechos. El detenido, de 24 años, vivía en un piso en el centro de Igualada, dónde los Mossos encontraron la ropa que llevaba el día de los hechos y también roba de la menor agredida sexualmente. Todas las partes han explicado antes del inicio del juicio que la investigación hecha por la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) de los Mossos d'Esquadra ha aportado claros indicios que relacionan al detenido con esta agresión sexual y que hay decenas de páginas de una investigación muy minuciosa y mucho trabajada que permite asegurar, sin dudas, que el hombre que está siendo juzgado ahora en la Audiencia de Barcelona es a quien agredió sexualmente y casi matar a la joven.

Durante toda la vista oral el acusado estará presente en la sala de vistas. Tendrá que escuchar a todos los testigos y al final del juicio podrá declarar, si lo quiere, y también hacer uso de la última palabra antes de quedar visto por sentencia. Hace dos años que está en prisión provisional, desde el día que fue detenido por los Mossos. Hoy se ha presentado vestido con una camiseta beige, bien peinado y ha seguido el juicio con las manos cruzadas -sin esposas. A las pocas imágenes que se han podido ver de él, se le ha podido ver un tatuaje que lleva al cuello, con una cruz-espada, de difícil descripción, que recuerda su pasado pandillero en Bolivia.