Salvador Ramos, el joven que ha asesinado diecinueve menores y dos profesores en Texas en un macabro tiroteo, ha enviado una serie de mensajes de texto a través de Instagram horas antes de llevar a cabo los ataques. Los mensajes, que ahora han salido a la luz, los ha publicado una joven residente de Los Ángeles (California), y muestran el elevado grado de planificación de Ramos a la hora de perpetrar los terribles crímenes, así como la necesidad de comunicar la atrocidad que se disponía a cometer. Los mensajes fechan de tan solo dos horas antes que empezara el tiroteo.
La joven que ha hecho públicos los mensajes asegura que no conocía de nada a Salvador Ramos, el atacante, y que había empezado a hablar con él a través de los mensajes directos de Instagram hacía poco menos de quince días. La chica ha revelado las conversaciones que ha mantenido con Ramos porque este lo había etiquetado y mencionado en varias imágenes donde se podían apreciar los fusiles de asalto con los cuales ha cometido el tiroteo y que, por lo tanto, la relacionaban directamente con el crimen.
"Estoy a punto de..."
Las conversaciones que la joven ha revelado empiezan el día doce de mayo cuando el chico inicia la conversación preguntándole si hará "repost" de las fotografías de armas que él ha publicado en su cuenta. Ella responde uno seco "¿Qué?", y la conversación parece que acaba, hasta que el pasado viernes veinte de mayo él publica una historia en Instagram mostrando los fusiles de asalto y etiqueta el usuario de la chica. La joven pide explicaciones a Ramos, expresa su confusión ante las fotografías, y dice que es "verdaderamente aterrador" porque, según se puede leer a los mensajes que ella envía, "prácticamente no te conozco y me etiquetas en una fotografía de armas". Él responde con fanfarronería, diciéndole que "tendría que estar agradecida que lo ha mencionado" en la imagen. Los jóvenes no vuelven a intercambiar mensajes hasta horas antes del macabro tiroteo.
El mismo día del tiroteo, Ramos vuelve a iniciar una conversación, que aparentemente parece casual, con la chica. Después de saludarla, él escribe "Estoy a punto de", pero no acaba la frase. La chica reclama explicaciones, pero él no especifica nada: "Te lo explicaré antes de las once, en una hora te escribiré". En los siguientes mensajes, el joven muestra nerviosismo: "Pero tú ME TIENES QUE RESPONDER. Tengo uno pequeño secreto que quiero explicarte", escribe el joven, acompañando los mensajes de un emoticono que sonríe y se tapa el rostro. Ella le explica que está enferma pero que, si está despierta, promete responderle. Ya a las nueve y cuarto de la mañana, dos horas antes del tiroteo, el joven envía un mensaje a la chica diciéndole "ima air out". Este último mensaje deja a la joven claramente preocupada, porque, si bien puede entenderse como se iba a hacer una vuelta o airearse, los jóvenes estadounidenses utilizan este verbo para referirse a tiroteos (concretamente, a disparar a través de las ventanas), deshacerse de alguien, o poner a alguien en su sitio.
Ramos también escribió a un amigo mostrando su arsenal
La chica de Los Àngeles no es la única que ha recibido fotografías de armas por parte del atacante. Un amigo de la escuela de Ramos ha explicado a la CNN que, después de recibir mensajes aleatorios por parte de Ramos, recibió una serie de fotografías de fusiles de asalto cuatro días antes del tiroteo: "Me envió una fotografía del fusil de asalto que estaba usando... y de una mochila llena de arsenal". El amigo le preguntó por qué tenía todo aquello, pero el atacante le dijo que no se preocupara. A continuación, el amigo explica que Ramos volvió a enviarle un mensaje en el cual le decía que "estoy muy diferente ahora. No me reconocerías".
La chica ha dejado claro que no conocía de nada el atacante
Las imágenes que el atacante publicaba en su cuenta de Instagram, en las cuales mencionaba el usuario de la chica con quién había estado hablando, han hecho que se la relacionara directamente con los ataques. Ella, que ahora ha restringido el acceso a su cuenta, ha publicado una serie de mensajes en los cuales recalca que no conoce de nada en Ramos, que ella ni siquiera vive en el estado de Texas. La joven también se muestra muy arrepentida de no haber descubierto las intenciones de Ramos, ya que, en caso de haberlo hecho, "habría intentado quedarme despierta para intentar convencerlo de que no cometiera los crímenes. No lo sabía", y expresa su pésame a las víctimas y sus familias. En todo caso, los mensajes que Ramos enviaba tanto a la chica como su antiguo compañero de escuela muestran que hacía tiempo que planificaba este macabro ataque, el cual, sin que nadie sospechara de sus verdaderas intenciones, pudo cometer porque había adquirido las armas necesarias.