La Policía Nacional ha resuelto el asesinato de una mujer de 28 años y nacionalidad ucraniana que el pasado 24 de octubre apareció muerta, en avanzado estado de descomposición y tapada con una manta y varias ramas en un arroyo de Málaga. Este martes, después de tres meses de investigación, pudieron detener a su pareja, un hombre de 43 años y nacionalidad española, quien ha acabado confesando a los policías que fue él quien la mató con un objeto contundente y un arma blanca. Además, también se ha detenido a dos personas más acusadas de encubrir los hechos al ser conocedores y no explicarlo a los cuerpos policiales.

Llevaba dos meses muerta cuando encontraron el cadáver

La víctima, según han podido desbriznar los investigadores, fue asesinada por su pareja a principios del mes de agosto. Sin embargo, no fue hasta el 4 de septiembre cuando su familia, como no podían contactar con ella desde hacía semanas, denunció la desaparición en Ucrania. Desde el Consulado contactaron con la Policía Nacional, que abrió una investigación. Se hicieron varias batidas por la zona que frecuentaba la víctima, pero no fue hasta el 24 de octubre que se encontró su cadáver. Estaba en medio de un cañaveral, tapado con una manta, cubierto de ramas y presentaba signos de violencia. El avanzado estado de descomposición en que ya se encontraba dificultó las tareas de identificación.

Una vez se había confirmado que era la chica ucraniana desaparecida, los investigadores empezaron a indagar en su entorno para descubrir a quien la había matado y se había intentado deshacer del cadáver. Los agentes pudieron identificar a varias personas con quienes se relacionaba, entre ellas un hombre con quien mantenía una relación sentimental y convivía en una barraca de El Tarajal, en Málaga. Después de recoger varios indicios, quedó detenido como presunto autor del crimen y lo trasladaron a dependencias policiales. Allí, al ser interrogado sobre los hechos, se hundió y lo confesó todo.

Por otra parte, los investigadores también detuvieron a dos hombres más, de 23 y 33 años, acusados de ser los presuntos autores de un delito de encubrimiento. Los dos individuos eran conocedores de los hechos, pero nunca lo habían explicado a los cuerpos policiales. De hecho, les habían mentido. Los dos habían sido interrogados durante la investigación y, de manera intencionada y maliciosa, habían omitido información y escondido la verdad para dar una cuartada a la pareja de la víctima y que no pudiera ser acusado de matarla.