El informe definitivo de la Policía Científica no deja ninguna duda: la causa del incendio de las discotecas Fonda, Golden y Teatre de Murcia fue una negligencia a la hora de manipular dos bengalas mecánicas de fuego frío que, además, se habían comprado por AliExpress y no estaban homologadas. Eso provocó la muerte, la madrugada del 1 de octubre pasado, de 13 personas, todas reunidas en la parte de arriba de la sala Fonda Milagros, desde donde no pudieron escapar de las llamas que se propagaron muy rápido por el local.

De esta manera, los 13 cargos por homicidio imprudente han quedado reforzados. Según el documento, al cual ha tenido acceso la ABC, "existen vídeos, registrados por la gente asistente a los espectáculos que tienen lugar la noche del siniestro, en los cuales se observa claramente que no se respetó la distancia de seguridad de 1,5 metros de separación entre la superficie sobre la cual inciden las chispas generadas por la máquina". Se detalla, además, que el origen, del fuego estuvo en la discoteca Teatre desde donde se propagó hasta Fonda Milagros; las dos salas compartían una misma nave, y estaban separadas únicamente por una pared que no formaba parte de la estructura original.

El fuego quemaba a una temperatura superior a la normal

Previamente, la Policía Nacional ya publicó un informe de imputación de los hechos, en el cual explicaban que las bengalas llegaban a una temperatura de 600 grados, muy por encima de la temperatura normal de unas bengalas de fuego frío. Además, durante las pruebas que se hicieron para ver si las chispas quemaban, el agente encargado de hacer el experimento tuvo que retirar la mano al cabo de pocos segundos. Lo mismo ocurrió al aprobar varios materiales, llegando a la conclusión de que "este fue el motivo que originó que el fuego se iniciara en el falso techo del establecimiento".

En esta tragedia, 13 personas perdieron la vida, la mayoría de la misma familia que estaban reunidas celebrando una fiesta de cumpleaños en la Fonda Milagros. Otras 24 resultaron heridas y la Policía Nacional detuvo a cinco personas, entre ellas el propietario de los tres locales y la gerente del turno de noche de Teatre que trabajaba aquel fin de semana, acusados de un delito de homicidio imprudente.