Un campamento en un bosque, una choza de madera y dos estufas de butano es todo el que necesitaban un jardinero de marihuana para malvivir mientras cuidaba de una plantación con más de 5.000 plantas, oculta en un lugar de difícil acceso en Aiguamúrcia, en el Alt Camp (Tarragona). Esto es, hasta que los Mossos d'Esquadra no llegaron para desmontarle el chiringuito el pasado jueves por la mañana. Los agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana, con el apoyo de los Agentes Rurales, requisaron todo el cultivo y detuvieron al hombre, acusado de un delito de tráfico de drogas.
Poder acceder hasta la plantación no fue tarea fácil. Los policías tuvieron que hacer un poco de senderismo, saliendo desde el Coll de Santa Agnès, junto a la ermita, hasta llegar a un sendero que conducía directamente al escondrijo de este delincuente, que había montado una tienda de campaña con ropa y comida suficiente para pasar varios días. En total, se requisaron y destruyeron 5.200 plantas muy crecidas, que hacían hasta 1,80 metros de altura, muchas de las cuales ya habían sido arrancadas y formadas en cogollos -91 quilos- que esperaban a secarse en una estructura de madera calentada con dos estufas de butano y varios ventiladores.
Por si acaso se quedaba sin butano, el jardinero contaba también con un grupo electrógeno, un dispositivo que genera electricidad de manera autónoma, y también un aparato centrifugador para separar los cogollos de los tallos que crecían hacia la luz. Para regar todo este cultivo, habían instalado una balsa impermeable de plástico excavada en el suelo que lo abastecía de agua con un tubo de riego.
Encuentran una plantación indoor en un almacén de Sarral
El día antes, el miércoles, la policía catalana ya llevó a cabo un operativo para desmantelar otra plantación de marihuana, en este caso, en Sarral, en la Conca de Barberà (Tarragona). Los traficantes habían escondido las plantas dentro de un almacén de la avenida Anguera, pero el fuerte olor que emanaba del interior los acabó delatando. Efectivamente, cuando abrieron las puertas de metal, aparecieron 370 plantas -un total de 85 kilos- por un valor en el mercado de más de 150.000 euros. Los responsables de este cultivo, dos hombres con trece antecedentes entre ambos, quedaron detenidos por un delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de drogas.
Los detenidos entre miércoles y jueves, de 21, 25 y 41 años, cuyas nacionalidades la policía catalana no ha comunicado, pasaron a disposición judicial ante el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia del Vendrell, uno, y los otros dos en el de Valls.