Las estafas por vía telefónica son cada vez más habituales, sea a través de una llamada o de un mensaje SMS o a través de una aplicación de mensajería instantánea. Normalmente, estos fraudes se hacen en los teléfonos privados de las víctimas, pero la Policía Nacional ha alertado ahora de un nuevo tipo de estafa que se está pasando de moda y utiliza los teléfonos fijos de los lugares de trabajo. Los estafadores llaman a los trabajadores haciéndose pasar por un contable o administrativo de la empresa y les indican que tienen que hacer un pago urgente e imprescindible en cajeros bitcoins o con una tarjeta virtual para pagar una multa o un transporte de material que se tiene que recibir. Para hacerlo más creíble, les indican que su jefe ya está enterado de la operación y que lo ha autorizado personalmente.
Los delincuentes obligan a hacer el abono de dinero cuanto antes mejor, para evitar que así tenga tiempo de pensar y de ponerse en contacto con su superior para preguntarle si es verdad aquello que se le está pidiendo. En caso de no tener acceso a las cuentas bancarias de la empresa o al dinero en efectivo de las cajas registradoras, se pide a las mismas víctimas que aporten la cantidad demandada de su propio bolsillo y que el jefe se lo devolverá más adelante. Si el trabajador cae en la trampa, este dinero va a parar a unas "carteras frías" de bitcoin que son muy difíciles de rastrear. La Policía Nacional recomienda no hacer caso a este tipo de llamada, colgar el teléfono y ponerse directamente en contacto con los superiores de la empresa para contrastar la veracidad de la operación.
Otra estafa haciéndose pasar por el jefe de la empresa
Las estafas relacionadas con los lugares de trabajo se están volviendo en habituales. En las últimas semanas, se está extendiendo otro fraude en que el estafador se hace pasar por el jefe de la empresa con la intención de estafar a los trabajadores. Utilizan el nombre y la foto de perfil de WhatsApp de la persona que suplantan para hacer más difícil de detectar. Le dice el empleado que está en una reunión y que necesita que vaya a una tienda física donde vendan tarjetas de Apple iTunes, Google Play o Steam Card y compre unas para posteriormente pasarle los códigos. De esta forma, se gasta su propio dinero y lo facilita a los delincuentes a través de los productos.