La Policía Nacional detuvo el pasado 19 de abril en Esplugues de Llobregat (Baix Llobregat), a un joven de 24 años por haber retenido en su casa durante meses su pareja, de 18, la cual solo dejaba salir de la habitación para ir al lavabo. Además de tenerla secuestrada, el arrestado también la sometía a maltrato físico y psicológico constante, y el pasado 21 de abril el Juzgado de Violencia sobre la Mujer en funciones de guardia de Esplugues de Llobregat decretó su ingreso en prisión provisional sin fianza.

Secuestrada y maltratada por su pareja

Durante el pasado mes de abril, los agentes de la Policía Nacional tuvieron conocimiento de este caso después de una denuncia anónima que aseguraba que un hombre que vivía en el barrio de Bellvitge tenía secuestrada a su novia desde hacía meses, "privándola de libertad mediante violencia e intimidación, amenazándola a ella y a su familia". Desde la Policía pusieron en marcha una investigación para verificar estos hechos y, una vez comprobada que, en efecto, había una adolescente de 18 años retenida en un domicilio de Esplugues, iniciaron diligencias para localizar al agresor y a la víctima.

La joven ha sido víctima de maltrato físico y psicológico durante meses | CNP

Finalmente, el pasado 19 de abril dieron con el paradero del presunto secuestrador, a quien identificaron y detuvieron en su casa, después de acceder con una orden de entrada y registro. En el inmueble también estaba la víctima, con evidentes signos de maltrato, y la trasladaron a un centro hospitalario después de recibir una primera atención médica por parte de los sanitarios del Sistema de Emergencias Médicas (SEM).

Encerrada bajo llave

Los agentes pudieron comprobar que el hombre tenía a la chica encerrada en una habitación, sin que pudiera comunicarse con el exterior, ya que le había quitado el móvil. La joven tampoco tenía llaves de casa, y tenía que pedir permiso incluso para poder ir al lavabo. Según el testimonio de la víctima, el detenido la agredía diariamente, hasta el punto de llegar a rociarla con alcohol para después prenderle fuego con un mechero, y a obligarla a dormir en el suelo, atada de pies y manos. La chica ha podido reunirse con su familia y le han tramitado una orden de protección, mientras el presunto secuestrador se encuentra en la prisión.