Hace casi un año, el 1 de febrero del 2023, tres hombres encapuchados asaltaron la sede de Dreamlove en Carmona (Sevilla), la compañía distribuidora de juguetes sexuales más grande de España. Durante el asalto se llevaron once vibradores, siete de los cuales estaban forrados de oro de 24 quilates valorados en 50.000 euros. Además de los consoladores, los ladrones también aprovecharon para llevarse 25.000 euros en efectivo que encontraron en la caja fuerte de la empresa; en total, la incursión les salió a 80.000 euros ganados, entre dinero en metálico y los juguetes bañados en el preciado metal.

Ahora, un año después, el juzgado de instrucción número 3 de Carmona ha decidido archivar el caso. Según ha adelantado El Periódico, la razón detrás de esta decisión es la "falta de autor conocido"; los esfuerzos del último año de los agentes de la Guardia Civil encargados de localizar a los culpables no han dado sus frutos, y los ladrones podrán salir airosos con un considerable botín bajo el brazo.

Captados por las cámaras, pero sin que se les pueda reconocer

Los tres ladrones llegaron a las instalaciones poco antes de las doce de la noche. Las cámaras de seguridad grabaron cómo se abrían paso a golpes de hacha por una de las puertas que da acceso a las oficinas de los propietarios de Dreamlove. En la sala, dentro de una caja fuerte, los empresarios guardaban grandes cantidades de dinero en efectivo y los vibradores de oro y acero, los más exclusivos y caros que comercializa la marca. Aparte de ir encapuchados, los delincuentes cortaron los cables de las farolas para dejar los alrededores del edificio completamente a oscuras, dificultando, todavía más, su identificación.

Todo eso hizo pensar a los investigadores en la posibilidad de que un antiguo empleado de la empresa pudiera estar involucrado en el asalto, o incluso que una persona les pasara información desde dentro. Estas líneas de investigación, como las otras, no han llevado a nada, y la policía no ha podido identificar a ningún sospechoso de este peculiar robo. Ahora, el caso ha quedado archivado y el robo, sin resolver. Los agentes se preguntan qué habrá sido de los juguetes; se trata de vibradores muy característicos y fácilmente reconocibles, lo que dificulta su reventa incluso en el mercado negro.