Los Mossos d'Esquadra detuvieron el pasado 12 de septiembre a un hombre de 58 años acusado de haber cometido ocho robos en pisos turísticos del distrito de L'Eixample de Barcelona. Se da la circunstancia de que la mitad de estos asaltos los cometió en el mismo edificio, aprovechando la constante entrada y salida de inquilinos extranjeros que hacían estancias vacacionales de corta duración. Estos frecuentes movimientos imposibilitaban la comunicación entre los vecinos, y los nuevos residentes desconocían que los anteriores habían sido víctimas de un robo.

El detenido escogía deliberadamente pisos destinados al alquiler vacacional, ya que, por una parte, se aseguraba largas horas durante las cuales la vivienda estaría vacía, y, por otra, podía volver tantas veces como quisiera, sabiendo que siempre encontraría objetos de valor y dinero que los turistas no se llevan con ellos cuando salen a explorar la ciudad.

Conocía a fondo el edificio

Gracias a esta especialización, el ladrón acabó teniendo un conocimiento muy esmerado de los pisos, así como del edificio. Eso le permitía acceder de manera muy sencilla al interior de los apartamentos, así como esconderse rápidamente si de repente oía que algunos de los inquilinos volvían antes de lo esperado.

Siempre actuaba de la misma manera: hacía tareas de vigilancia por los alrededores del edificio antes de entrar, y se paseaba a sus anchas por las plantas, ya que los pocos vecinos que eran residentes fijos estaban tan acostumbrados a la rotación de turistas que pasaba desapercibido. Eso le permitía determinar con calma qué piso era turístico y cuál no, y podía escoger dónde entrar a robar con la certeza de que no lo pillarían. Durante los ocho asaltos que se le imputan, se hizo con un botín de 38.000 euros, entre dinero en efectivo y aparatos electrónicos de alto valor.

Pillado por su manera de actuar

Otro motivo por el cual prefería robar en pisos vacacionales era por el hecho de que muchos turistas no denuncian los robos, ya que suelen pasar pocos días en Barcelona y el trámite no les sale a cuenta. No obstante, algunos de ellos sí que pusieron en conocimiento de la policía catalana lo que pasaba. La cantidad de denuncias que provenían del mismo edificio levantó las sospechas de los investigadores, y establecieron un dispositivo de vigilancia centrado en esta finca.

Finalmente, el 12 de septiembre acabaron pillando al ladrón, que cuenta con 19 antecedentes, de los cuales 16 son por hechos similares. El día 15 de septiembre pasó a disposición judicial del juzgado de instrucción número 25 en funciones de guardia de Barcelona.