Los vecinos de Lleida (Segrià) están indignados con las resoluciones judiciales de un magistrado de la ciudad hacia un conocido ladrón, un hombre de 39 años y vecino de la capital leridana especializado en robar en comercios locales. El juez ha dejado libre al individuo, aunque este acumula más de ochenta antecedentes y, a juzgar por sus actos, es incapaz de pasar más de 48 horas sin cometer ningún hurto o robo con fuerza. El último hurto del que tiene constancia la Guardia Urbana de Lleida lo cometió, presuntamente, el pasado lunes, 29 de agosto; sin embargo, no hacía ni un día que había quedado en libertad, después de que el viernes 26 de agosto lo detuvieran por haber cometido tres hurtos y dos robos con fuerza en diferentes establecimientos de la ciudad, según el Segre.

El conocido ladrón acumula 83 antecedentes policiales, seis de ellos registrados los últimos cinco días

El ladrón acumula un total de 83 antecedentes policiales por delitos de hurtos o robos con fuerza, su especialidad. Seis de estos antecedentes se registraron en los últimos cinco días, desde el pasado viernes, 26 de agosto, hasta el pasado martes, 30 de agosto. Tal como relata el medio Segre, el individuo cometió un total de tres hurtos y dos robos con fuerza el pasado viernes, por los cuales fue detenido y pasó la noche entre rejas, hasta que el domingo, 28 de agosto, el juez lo dejó en libertad con cargos. Al día siguiente, sin embargo, el hombre volvió a actuar, cometiendo un presunto delito de hurto en una academia de la Zona Alta. Aunque fue detenido el mismo día, el martes, 30 de agosto, ya volvía a estar en la calle en la misma situación en que fue liberado el lunes. Una situación surrealista que ni los vecinos de Lleida, ni los propietarios de los locales afectados, pueden entender.

El acusado roba en establecimientos y utiliza siempre el mismo modus operandi

El acusado de haber cometido más de ochenta delitos relacionados con hurtos y robos está especializado en robar en diferentes establecimientos o comercios locales, y siempre utiliza el mismo modus operandi, el cual, hasta ahora, no le ha fallado, a pesar de haber sido pillado, siempre ha podido volver a robar con el mismo método. El hombre, según relata el medio leridano, pasea por los diferentes barrios de la ciudad y observa los establecimientos, que normalmente son restaurantes, tiendas, gimnasios e incluso concesionarios de coches. Cuándo considera que llega el momento idóneo, entra en el local fingiendo normalidad y ser un cliente más y, sin ningún tipo de vergüenza, se lleva los objetos de valor que hay sobre los mostradores o en los despachos; también ha llegado a entrar en las zonas reservadas por los trabajadores.

El hombre está ahora, de nuevo, en libertad, aunque con cargos. Faltará ver si sigue perpetrando hurtos y robos con fuerza en la ciudad o si, después de dos detenciones prácticamente consecutivas, deja de lado este estilo de vida.