La Audiencia Provincial de Salamanca ha decretado tres años de prisión para un joven de 19 años por haber mantenido relaciones con una niña de 13. El chico, que había empezado una relación con la menor cuando esta tenía sólo 12 años, ha sido acusado de un delito continuado de abusos sexuales.

De acuerdo con los hechos probados en el juicio, los dos jóvenes iniciaron una relación después de conocerse a través de las redes sociales. Un mes después, cuando la niña cumplió los 13 años, y después de someterse al rito gitano del "pedimento", se marcharon a vivir juntos en el domicilio de él en Salamanca; domicilio que el joven compartía con sus padres y hermanas. Durante el tiempo que vivió allí, la niña dejó de ir a la escuela y se ocupaba sólo de hacer las tareas domésticas.

Según la sentencia, el acusado y la menor mantuvieron relaciones sexuales "consentidas, que tuvieron lugar de manera habitual dentro de una relación conocida por sus parientes y aceptada por todos como un matrimonio". A pesar de calificar las relaciones como consentidas, en la sentencia se destaca el diferente grado de madurez entre los dos jóvenes, que se determina como "similar pero no igual".

La niña volvió a casa de los padres con múltiples heridas

Tan sólo tres meses después de empezar a vivir juntos, la menor tomó la decisión de terminar la relación. Al momento de volver a casa de sus padres, en Zamora, la niña presentaba múltiples quemaduras y un golpe en el párpado, resultados de la presunta agresión por parte de su ex-pareja.

No obstante, la acusación por maltrato no pudo ser probada. La Audiencia de Salamanca ha considerado, entre otros argumentos, que la versión de la menor sufrió "importantes variaciones" a lo largo del juicio. De esta manera, el joven fue absuelto de este delito, a pesar de haberse interpuesto una orden de alejamiento durante los próximos cinco años, y el pago de 3.000 euros como indemnización por los daños morales ocasionados a la víctima.