Un dispositivo policial en un ruinoso bar de Blanes ha permitido acabar con uno de los principales puntos de venta de drogas en la localidad. Desde hacía semanas, los efectivos policiales tenían conocimiento que en un establecimiento de restauración de la calle de Antoni Gaudí parecía que se estaban vendiendo sustancias estupefacientes de forma continuada. Así pues, la pasada noche de jueves a viernes, efectivos de los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Blanes y efectivos del Área Regional de Recursos Operativos de Girona, junto con agentes de la Policía Local de Blanes y el apoyo de la unidad canina de la Policía Local de Lloret de Mar hicieron una batida en el local.
Un local ruinoso con droga escondida en la mesa de billar
En el momento de la entrada, los agentes pudieron comprobar de primera mano que el local estaba en pésimas condiciones y que suponía un peligro tanto para los clientes como para los mismos trabajadores. En el interior había dieciséis personas que fueron identificadas y registradas, levantándose siete actos por drogas y una por tenencia de arma blanca prohibida. Al registrar el establecimiento, los agentes encontraron el insólito escondrijo que utilizaban los narcotraficantes que operaban desde el local. Se trataba de uno de los agujeros de la mesa de billar donde se meten las bolas, un lugar que a simple vista no era visible, pero que era rápidamente accesible a los clientes de forma discreta, ya que solo tenían que simular que cogían una bola que había caído.
En el total del operativo se intervinieron cuatro bolsitas con marihuana, diecisiete piezas de hachís y algún envoltorio de cocaína, todas ellas dosis individuales preparadas para su venta al detalle y 145 euros en efectivo. Los agentes detuvieron a tres narcotraficantes, de 35, 37 y 39 años, todos de nacionalidad marroquí, dos de ellos con antecedentes, como presuntos autores de un delito contra la salud pública. Uno de ellos se encargaba de captar posibles clientes y recoger el dinero, mientras que otro hacía la entrega de la sustancia estupefaciente y el tercero controlaba el entorno.
El local era un peligro para clientes y trabajadores
Además, los Mossos también denunciaron por un delito contra la salud pública al propietario del establecimiento, un hombre español de 66 años que facilitaba la venta de drogas al bar a cambio de dinero y cooperaba con el detenido proporcionándoles un lugar seguro donde centralizar el punto de ventas. Por su parte, la Policía Local también lo denunció al detectar varias irregularidades administrativas en el local como ejercer de bar restaurante cuándo solo tenía licencia para hacer de bar, tener un cableado eléctrico visible y peligroso, ubicar los extintores en una zona de difícil acceso y no disponer de cartelería de información en ninguno de sus accesos.