Uno de los programas que marcó a varias generaciones de nuestro país y que permanece en la memoria de millones de personas es Bricomanía, aquel espacio de bricolaje y jardinería conducido por Kristian Pielhoff que daba multitud de briconsejos a los espectadores, apodados bricomaníacos.

Iñigo Segurola, el otro de 'Bricomanía'

Aunque muchos de los proyectos no se hiciesen en casa, fue todo un fenómeno que se emitió durante décadas en las pantallas españolas. Una simpatía natural, consejos útiles y entretenimiento lo convirtieron en una combinación perfecta que reunió a miles de espectadores que tenían curiosidad por fabricar en su propia casa alguno de los proyectos. 

La otra cara del programa aparte de Pielhoff era Iñigo Segurola, un paisajista vasco que quedó a cargo de la sección de jardinería desde 1996 y que hizo florecer millones de plantas caseras a golpe de trucos, fertilizantes naturales y consejos caseros.

Nueva vida apartado de las cámaras

Pero, tras el cese de la emisión del programa el pasado 2020 y del fin de Decogarden, en el que también participó durante años, se sabe poco de los presentadores. Por su parte, Segurola, ya apartado de las cámaras, no ha dejado de trabajar en su pasión: el paisajismo.

Iñigo Segurola de joven / RRSS

Su extensa carrera empezó con un grado en Ingeniería Técnica Agrícola en la Universidad Pública de Navarra, un Grado Superior en Arquitectura del Paisaje por la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo y un curso internacional de Planificación y Diseño del Paisaje en la Universidad de Paisajismo de Wagheningen, en Países Bajos.

Su verdadera pasión: el paisajismo

Tal y como explica en una de sus muchas conferencias, cuando le hicieron la oferta para coger las riendas de la sección de jardinería, dudó. Su referencia televisiva era el Padre Mundina, un sacerdote especialista en botánica de la congregación Hijos de la Sagrada Familia.

Su miedo a quedar etiquetado como "el jardinero de la tele" y no como el experto paisajista que era tardó un tiempo en disiparse, tras lo que aceptó el puesto, encargándose de la dirección, realización y presentación de la sección de jardinería de Bricomanía y convirtiéndose en una de las caras más conocidas de la televisión.

'Lur Paisajistak', su gran estudio

Y ahora, desde hace más de una década, compagina trabajos de docencia en distintas escuelas de arquitectura y diseño con proyectos de paisajismo que abarcan todo el País Vasco, de donde es natural.

Todos sus trabajos, que implican proyectos públicos, principalmente por la zona de Gipuzkoa, y privados, se han vehiculado a través de su propio estudio, Lur Paisajistak -tierra de paisajismo en euskera-, creado en 1994 y con el que ha llevado a cabo multitud de reconversiones y construcciones de jardines y zonas verdes.

Su mayor proyecto se hace realidad después de cinco años

Finalmente, este verano ha visto florecer su proyecto más ambicioso, Lur Garden, un jardín que empezó a diseñar en 2013 y que está ubicado en Oiartzun, un pequeño valle rodeado de bosques, donde reside el presentador.

Iñigo Segurola en la actualidad / Instagram

A poco más de cien kilómetros de Bilbao se extiende este parque de casi 20.000 metros cuadrados, antigua pradera de siega, dividido en varias secciones y con cientos de especies diferentes que conviven en el mismo espacio. El proceso ha requerido mucha paciencia y ahora ya está abierto al público.

Kristian Pielhoff, sobreviviendo en YouTube con 'Bricomanía'

Por otra parte, el presentador del programa, Kristian Pielhoff, también vasco de ascendencia alemana, tras el cese del programa no ha salido tan bien parado.

En una entrevista a El Español, el ídolo de los bricomaníacos confesaba que la transición a las nuevas tecnologías no ha sido del todo fácil. A sus 60 años, forma parte de un pequeño equipo que sigue con el formato en YouTube, con vídeos semanales que salen cada jueves a las seis de la tarde y que duran menos de media hora.

Ahora, en lugar de largas elaboraciones, Pielhoff protagoniza piezas mucho más sencillas, como tutoriales para purgar los radiadores ahora que llega el frío, cambiar grifos o arreglar sillas y fabricar mesitas y otros muebles.

“No vemos mucha luz. Todo va a toda leche, todo cambia. Estamos intentando darle la vuelta y a ver si alguien nos da un toquecito y retomamos el tema”, admitía.