No es habitual, pero la gente muere a bordo del avión. Un alemán de 63 años ha perdido la vida este jueves en un vuelo del Airbus A380 de Lufthansa que despegó desde Bangkok, en Tailandia, y tenía como destino Munich, en Alemania. El hombre, al parecer, ya se encontraba algo indispuesto al montarse en el avión, pero no esperaban que comenzara a toser sangre y finalmente acabara desangrándose por la boca y la nariz. El resto de pasajeros observó la escena con estupefacción y horror e, incluso, muchos comenzaron a gritar al ver algunas de las paredes del avión ensangrentadas.

Así fue el despegue del horror en Bangkok

El fallecido viajaba con su mujer, de nacionalidad filipina, y al llegar al avión el hombre no se encontraba bien del todo. Según ha explicado la agencia de noticias alemana Blick, la esposa aseguró que "habían corrido muy rápido hacia el avión" para poder coger el vuelo y por eso estaba indispuesto. Pese a la afirmación, una azafata del vuelo LH773 con destino Munich preguntó al sexagenario si se encontraba bien. El A380 despegó desde el aeropuerto de Bangkok y el estado de salud del afectado fue empeorando. 

Karin Missfelder, de 55 años, estaba en el avión en esos momentos. Según ha relatado a la agencia citada, llamaron a un médico para examinar al hombre, por lo que el capitán habló por los altavoces de la aeronave  y un joven polaco de unos 30 años "que hablaba mal inglés" asistió al sexagenario. Aunque, al parecer, solo le preguntó como estaba y le tomó el pulso y le "dieron un poco de té de manzanilla". Nada más. En ese momento empezó a escupir sangre, pero el avión de Lufthansa siguió su camino y despegó. El alemán siguió escupiendo sangre y finalmente "un chorro de sangre brotó de su boca y su nariz".

El hombre murió poco después de despegar

"Fue un horror absoluto, todo el mundo gritaba", ha aseverado Missfelder. No paraba de salir sangre, a borbotones, litros y litros. Las paredes quedaron tintadas de rojo. Y, de golpe, el hombre murió. Se hizo el silencio en el avión mientras los asistentes de vuelo, en una técnica bastante pésima según la fuente, intentaron reanimarlo. Había muerto y se hizo el silencio. El avión regresó a Bangkok con el cadáver del hombre alemán de 63 años a bordo.