La madrugada del pasado domingo 29 de mayo, un vecino del pueblo de Canals (Valencia) era detenido después de atropellar mortalmente a una pareja, a quienes había confundido con unas personas que buscaba para agredir. En su declaración, admite que en el momento del atropello había "esnifado tres o cuatro rayas de cocaína, fumado marihuana y bebido tres gin tonics". El investigado no muestra arrepentimiento ni ha pedido disculpas por las muertes de la pareja.
El terrible suceso tuvo lugar el pasado domingo por la madrugada. El detenido, que se hace llamar 'El Manchego', se encontraba en un bar del pueblo de Canals cuando tuvo una pelea física con otros hombres, que le agredieron violentamente y le pegaron en la cara, para después irse. 'El Manchego' salió del bar poco después buscando venganza y subió a su coche, con el que circulaba a una elevada velocidad con el objetivo de encontrar a sus agresores y atropellarles. Ya conduciendo, invadió el carril de un solo sentido de la avenida Valencia y, circulando a 80 quilómetros por hora (cuando la limitación es de 30), vio a un grupo de doce personas y se dirigió a ellos con la clara intención de atropellarles, pensando que eran sus agresores. Por desgracia, en el grupo no había ninguna de las personas que le habían agredido anteriormente, y el atropello tuvo fatales consecuencias para una joven pareja de 30 y 31 años: ambos murieron.
"Me volví loco"
En la declaración de los hechos que el detenido prestó a la policía, a la que ha tenido acceso el diario El Español, el individuo admite haberse "vuelto loco" a causa de la pelea y de la cantidad de droga y alcohol que había estado tomando durante toda la noche. Tal y como ha revelado el periódico, 'El Manchego' admite haber consumido cocaína, marihuana y alcohol en los momentos previos a la pelea: "esnifé tres o cuatro rayas de 'coca', dos cervezas, tres gin tonics y me habían invitado a fumar marihuana". Asegura también que tras este elevado consumo se encontraba un poco mareado. En la declaración, el investigado también apunta que un grupo de jóvenes entró al bar donde se encontraba y empezaron a pegarle, provocándole heridas en la cara y sangre, para después irse. Admite que se dirigió hacia su coche, aparcado a escasos 400 metros, con la intención de encontrarles y pegarles.
"Cuando cogí el coche no estaba en condiciones de conducir"
El hombre ha relatado como ha podido los momentos que vivió dentro del coche, que fueron los últimos para la joven pareja de hondureños que nada tenían que ver con el enfado de 'El Manchego'. Admite no recordar el momento del atropello, ni siquiera el momento en el que cayó al río Sants con el coche; tan solo recuerda los curiosos grabándole y haciéndole fotos, mientras él le pedía a la policía que encontrara a sus agresores. Tal y como ha podido saber El Español, el individuo, ya estrellado, le dijo al policía que creía que uno de sus agresores estaba entre los curiosos, y suplicó que mirasen las cámaras del bar porque "me habían pegado una paliza y me habían arruinado la vida (...). No vi las consecuencias de lo que había hecho, me enteré por la Policía Local". El detenido, que en ningún momento ha mostrado arrepentimiento ni ha pedido perdón a las víctimas, ha ingresado en la cárcel por un delito contra la seguridad vial con conducción temeraria, si bien los familiares de las víctimas preparan la acusación para solicitar dos delitos de homicidio por imprudencia.