La Fiscalía de Barcelona pide hasta 48 años de prisión para el excura de Sant Vicenç de Castellet, David Vargas, acusado haber estafado, al menos, a siete señoras de edad avanzada a las que había engañado y manipulado para quedarse con su dinero y, en algunos casos, sus propiedades. Vargas fue expulsado del sacerdocio en el año 2014, pero siguió vistiendo el hábito de mosén para dar la impresión de que seguía ejerciendo, con la intención de ganarse la confianza de las ancianas y poder aprovecharse de ellas.
Utilizaba varios métodos para obtener lo que quería. Por ejemplo, a una de sus víctimas le hizo creer que Hacienda la había denunciado y se ofreció a encargarse del asunto a cambio de dinero en metálico y otros objetos de valor como joyas o pinturas que después vendía. En otra ocasión, casó a una mujer con un hombre muerto para poder cobrar él la herencia. Por estos casos y otros similares, el excura Vargas está acusado de los delitos de estafa, hurto, extorsión, apropiación indebida y tenencia ilícita de armas, ya que entre sus posesiones encontraron una pistola para la que no tenía licencia.
Aunque las estancias y los engaños variaban, siempre intentaba aislar a las víctimas de sus familias, incluso llegando a convencerlas de ir a vivir a residencias para erigirse como la única persona de confianza de su entorno.
También estafó a congregaciones religiosas
Sus víctimas no solo eran ancianas, sin embargo. Con la ayuda de otra persona, estafó a los Hijos de la Sagrada Familia, vendiendo a los miembros de esta congregación objetos que aseguraba que habían pertenecido al fundador de la orden, el padre Josep Manyanet. Uno de los casos más destacados es la venta, por 8.000 euros, de unos supuestos restos del mosén Manyanet en una urna falsamente acreditada como obra de Gaudí.