La búsqueda de Anna y Tomás Gimeno no ha cesado por parte de la Guardia Civil, ha declarado hoy el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.
La Guardia Civil sigue buscando a Tomás Gimeno y Anna
El que podría considerarse el caso más trágico del año parece ya olvidado tras la retirada del buque Ángeles Alvariño de las aguas canarias, pero la investigación prosigue.
Así lo ha asegurado este viernes el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en el marco de la inauguración de la nueva Comisaría del Distrito Centro de Las Palmas de Gran Canaria.
Grande-Marlaska ha destacado que la Guardia Civil hizo "un trabajo extraordinario", que permitió la localización del cuerpo de la mayor de las dos niñas de Tenerife, Olivia, de seis años. Según el ministro, el hallazgo de ese cadáver sirvió al menos para "una mínima tranquilidad de la madre".
El caso más cruel de violencia vicaria
"Fue un trabajo, serio, importante y se sigue trabajando con la Guardia Civil," con una gran compenetración entre las instituciones, ha sentenciado.
El drama empezó con la desaparición de las pequeñas el pasado 27 de abril por la noche, cuando el padre de Olivia, de seis años, y Anna, de uno, las secuestró y asesinó en alta mar, tirando después los cuerpos al mar, atados al ancla de la embarcación.
Mató a sus hijas para hundir a su expareja
Todo parecía un secuestro parental, hasta que las pistas empezaron a apuntar a un caso de violencia vicaria. Esta se enmarca en la violencia de género y se catalogan así los casos en los que el progenitor decide hacer daño o matar a los hijos, familiares vulnerables o personas a cargo de la mujer para infligir el máximo dolor a su pareja o expareja.
Fueron considerados casos de violencia vicaria el de José Bretón y el del hombre que mató a sus hijos en Ciudad Real.
¿Qué pasará si no aparecen?
La madre de las niñas de Tenerife, Beatriz Zimmermann, se mostró desde el principio optimista y lanzó continuos mensajes en las redes sociales, apelando a la colaboración ciudadana para encontrar a sus hijas y a su expareja, Tomás, con el que había roto el pasado verano y que ya había protagonizado varios incidentes y peleas con la actual pareja de Beatriz.
El caso tuvo a la población con el corazón en un puño durante más de un mes, hasta que se encontró el cuerpo de la pequeña Olivia, confirmando que se trataba de un doble asesinato por parte del padre, que se habría suicidado después.
El cuerpo de Anna se da por perdido
El cuerpo de Anna, de un año, ya se da por perdido, debido a que la bolsa en la que presuntamente su padre la arrojó al mar apareció abierta y vacía el día en que se encontró a su hermana Olivia dentro de otra mochila.
Pero lo que es muy importante a nivel legal y judicial es encontrar al presunto autor de los hechos, el padre de las niñas, Tomás Gimeno, que desapareció junto a ellas.
Caso abierto si no se encuentra a Tomás Gimeno
Y pese a que la mayoría de hipótesis apuntan que el hombre se suicidó tras asesinar a sus dos hijas para así destruir a su expareja y madre de las niñas, Beatriz Zimmermann, aún existe la posibilidad de que el caso quede sin resolver durante años si no se encuentra su cuerpo.
A nivel legal, si no apareciera, habrá que esperar diez años para que Gimeno sea oficialmente dado por muerto.
Prescripción del delito
Paralelamente, el delito al que se enfrentaría, que supondría seguramente una pena de más de 15 años de prisión, tardará en darse por prescrito 20 años. En ese caso, hasta más tarde de 2040 no se podrá poner punto y final al parricidio.
De momento, Tomás Gimeno tiene vigente una orden de captura internacional por asesinato, por ahora, de su hija Olivia.