Droga Zombie, Miau Miau, Viagra, cocaína... Estas eran algunas de las sustancias sintéticas que la Guardia Civil ha intervenido en tres operaciones contra el tráfico internacional de drogas en las zonas de Barcelona y Tarragona. Los agentes han detenido a siete personas y siguen investigando una cincuentena más de diferentes nacionalidades, especialmente neerlandesa, por narcotráfico y pertenencia a organización criminal.

En total se han intervenido 52 kilos de varias drogas sintéticas, 100.000 dosis de Viagra, 173.808 euros en efectivo y maquinaria para fabricar y encapsular la droga. Además, también se ha podido intervenir documentación donde quedaba acreditado que las organizaciones habían obtenido beneficios superiores a los 1,6 millones de euros con el narcotráfico.

Aumenta el tráfico de drogas sintéticas

Este operativo, bajo el nombre de Operación Alphabetagamma, se inició en enero de 2022, después de que la Guardia Civil detectara que en los últimos tiempos se había producido un importante aumento del consumo de drogas derivadas de catinonas sintéticas, concretamente de 3MMC, 3CMC o Alpha Php. Estas sustancias, conocidas como Flakka, Droga Zombie o Miau Miau, generan una gran adicción y conllevan un grave peligro para la salud. Sus síntomas son similares a los de la cocaína o el MDMA, con un aumento de la energía, del deseo sexual, del sentimiento de euforia y del insomnio. En altas dosis o mezclado con otras sustancias pueden llegar a provocar alucinaciones, confusión, amnesia o psicosis.

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La Guardia Civil ha intervenido 52 kilos de diferentes drogas sintéticas. / Foto: Guardia Civil

Los investigadores descubrieron la existencia de varias organizaciones criminales dedicadas al tráfico de estos tipos de sustancias estupefacientes que se habían instalado en Barcelona y Tarragona. Estos grupos recibían la droga a través de correo postal desde los Países Bajos y, una vez en Catalunya, la procesaban y la guardaban en almacenes clandestinos. Para hacer estos envíos, utilizaban la "Dark Web" y varias identidades falsas a fin de que no se pudieran relacionar entre ellos los diferentes paquetes de droga en caso de detectarlos.

Las diferentes organizaciones tenían una gran estructura y llegaban a hacer más de 2.000 envíos al mes. Además, utilizaban empresas pantallas para dar cobertura legal a las importaciones. Con los beneficios que conseguían del tráfico de droga, con pagos por transferencia bancaria o en criptomonedas, los narcotraficantes se compraban chalets de lujo por toda la costa mediterránea española.