Nueva detención por el asesinato de los Villar-Fernández, la familia de Chiloeches (Guadalajara) que apareció muerta el pasado 13 de abril en su casa. La Guardia Civil ya arrestó a tres personas relacionadas con los hechos: Fernando, considerado el autor material del crimen; su novia, Windybeth B., prima del expresidente interino de reconocimiento parcial de Venezuela, Juan Guaidó, que ayudó a encubrir el asesinato; y David, que esperaba fuera con el coche para escapar. Los tres formaban parte del grupo de amigos del exnovio de Laura, la joven asesinada junto a sus padres, Cristian Borja, quien es, casualmente, el cuarto detenido. Los investigadores de la Benemérita lo acusan de ser la cabeza pensante del robo que se torció, convirtiéndose en un triple homicidio.
Detenido y encarcelado
Cristian Borja siempre ha estado en el punto de mira de los investigadores de la Benemérita. El ex de Laura tenía una orden de alejamiento de ella y varios antecedentes por maltratos, lo que hizo sospechar a los agentes desde un primer momento. Él fue quien los puso sobre la pista de los otros tres, pero, durante la primera fase de las pesquisas, no pudieron relacionarlo directamente, quedando impune durante semanas; una impunidad que se le acabó este domingo cuando fue detenido.
A pesar de saber que Cristian no había estado dentro del domicilio de los Villa-Fernández la noche del crimen, la policía no tenía ninguna duda sobre su implicación en los hechos. Finalmente, lo pudieron arrestar este fin de semana acusado de ser el inductor del asalto y la jueza que le tomó declaración lo envió a prisión de manera provisional, comunicada y sin fianza, como sus amigos Fernando y David. Con respecto a Windybeth, está en libertad provisional con la obligatoriedad de presentarse en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes y con el pasaporte confiscado.
Un robo que acabó en asesinato
Los jóvenes idearon un plan para saquear la casa familiar de los Villar-Fernández, donde sabían que el padre guardaba una colección de relojes de alta gama y dinero en efectivo. Fernando entraba y David esperaba fuera, listo para arrancar el coche y huir a toda velocidad con el botín. El robo, sin embargo, se les complicó: la madre, Elvira, oyó ruidos de madrugada y descubrió a Fernando dentro del domicilio. El chico reconoció ante la Guardia Civil que la mató porque lo había reconocido, igual que al padre, Ángel, y a la ex de su amigo, Laura.
Después de haberlos apuñalado hasta la muerte (al padre le encontraron más de 20 cuchilladas), cogió los relojes y prendió fuego al chalet de la urbanización Medina Azahara con los cadáveres dentro para intentar esconder los hechos. Cuando los bomberos extinguieron el fuego, alrededor de las cinco y media de la madrugada, descubrieron los cuerpos y estaba claro que no habían muerto a causa de las llamas. De momento, la investigación judicial continúa en marcha y el caso está bajo secreto de sumario.