Todo parecía una trágica historia de amor. Ella murió en un accidente de tráfico en la A-44, en la localidad granadina de Motril. Él, que conducía el vehículo en el momento del siniestro, no soportó el dolor de perder a su mujer y se suicidó al cabo de pocas horas tirándose al vacío desde el piso que compartían. El suceso conmocionó Granada el pasado mes de mayo, pero la realidad que se escondía detrás era bien diferente. La autopsia practicada al cadáver de la mujer destapó que la causa de la muerte era lo asfixia. Es decir, que alguien la había asesinado antes de que tuviera lugar el accidente.

Un accidente simulado para ocultar un nuevo crimen machista

Los resultados de la autopsia chocaban frontalmente con las declaraciones que su marido dio poco después del accidente, el mismo 6 de mayo en que se produjo. Según el relato del hombre, agente de la Guardia Civil, él era quien conducía y, para evitar un obstáculo que había en la carretera, dio un volantazo, salió de la vía y se cayó por un desnivel de unos tres metros de altura. A consecuencia del choque, la mujer, de 39 años, murió. Doce horas después del accidente, y después de prestar declaración ante los agentes, el hombre puso fin a su vida saltando desde el balcón de su casa.

Cuando los investigadores descubrieron las verdaderas causas de la muerte de la mujer, todo dio un giro inesperado. La autopsia reveló que había muerto asfixiada y que alguien la había asesinado. Por lo tanto, en el momento del accidente ya estaba muerta y el marido había mentido en su declaración. Tres meses después, la Guardia Civil ha concluido que, después de 20 años de matrimonio, fue él quien la mató y después simuló el accidente para ocultarlo. El Ministerio de Igualdad ha confirmado que se trata de un nuevo crimen machista, el 37 de este 2023, aunque no puede haber imputación penal contra el marido porque se suicidó. Las más afectadas son las dos hijas de la pareja, de 15 y 12 años, que se han quedado huérfanas de la noche a la mañana y bajo la tutela de un familiar.