La Policía Nacional ha detenido en Ecuador a una fugitiva de nacionalidad colombiana que figuraba en la lista de los 10 más buscados por ellos, así como por la Europol y la Interpol. El delito principal del cual se le acusa es pertenecer a una organización criminal internacional que traía mujeres desde Colombia a España con el objetivo de prostituirlas en unas condiciones infrahumanas: 24 horas al día, cada día de la semana, sin derecho a hacer "descanso".

Viviana Andrea Vallejo Gutierrez residía en Elche (Alicante) con parte de su familia. Los delitos de tráfico de personas y de drogas, así como de blanqueo de capitales hicieron que la mujer decidiera volver a su país de origen, donde contaba con el apoyo de la organización a la cual pertenecía para esconderse, según ha informado la Policía en un comunicado.

Ofrecían dinero a las víctimas para venir a España

La banda a la cual pertenece presuntamente la acusada operaba desde Colombia, donde buscaba a mujeres en situaciones precarias y les ofrecía 1.500 euros a cambio de que ellas vinieran a España. Este dinero, sin embargo, lo tenían que volver prostituyéndose en un piso regentado por la acusada quien, además, se encargaba de suministrar cocaína a los clientes.

Para poder viajar a España las víctimas tenían que ponerse en contacto con otro miembro de la organización que les proporcionaban los billetes de avión, así como documentación falsa. Una vez habían llegado al Estado español, se les comunicaba que su deuda para sacarlas de Colombia ascendía a los 3.000 euros.

Condiciones infrahumanas

Las mujeres tenían que estar disponibles las 24 horas del día. Solo podían salir del piso donde las prostituían durante una hora, pero si un cliente las reclamaba, tenían que volver inmediatamente. Además, no tenían ningún tipo de privacidad al tener que compartir las habitaciones, y el dinero que ganaban se destinaba íntegramente a saldar la deuda.

Cuando la Policia tuvo noticia de su fuga, inició un mecanismo de cooperación internacional con Bogotá. Durante las investigaciones, los agentes pudieron determinar que la acusada se desplazaba a menudo entre Colombia y Ecuador para evitar ser detenida.

Fruto de la colaboración con la policía nacional de estos dos países latinoamericanos, pudieron localizar a la mujer en la ciudad de Machala (Ecuador). Estos crímenes le podrían suponer a la fugitiva una pena máxima de 32 años en la prisión.