Durante meses, los Mossos d’Esquadra habían evitado verbalizarlo públicamente, pero la investigación que se ha explotado este diciembre lo ha dejado claro: en Catalunya actuaba una facción estructurada y violenta de los Trinitarios, una de las bandas latinas más activas y peligrosas de todo el mundo. Lo que había comenzado como una investigación por un tiroteo en L'Hospitalet de Llobregat, que avanzó El Caso.com, ha acabado destapando una organización criminal jerarquizada, especializada en robos violentos por encargo, tráfico de drogas y agresiones con armas de fuego. Las bandas latinas están arraigadas en nuestro país como organizaciones criminales, que captan jóvenes originarios de Sudamérica —estos, sobre todo, de República Dominicana— para convertirlos en soldados de un entramado criminal que ordena asaltos violentos, tiroteos y trafica con droga.
Esta investigación, conjunta entre los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional española ha permitido descabezar la cúpula y detener a 19 integrantes de esta estructura, entre ellos uno de los líderes europeos de los Trinitarios y el responsable de coordinar la actividad de la banda en Catalunya, Joel Alexander M., alias 'Brooking', que fue arrestado en Salou.
La investigación se remonta al mes de febrero, cuando un hombre resultó herido muy grave en un tiroteo en la frontera entre Barcelona y L'Hospitalet, a la salida de un bar frecuentado por personas dominicanas. Los investigadores recuperaron el arma y pudieron relacionar el vehículo utilizado en la huida con un grupo de jóvenes dominicanos. Aquel incidente abrió la puerta a una investigación más amplia que reveló una actividad delictiva mucho más compleja: no era un conflicto puntual, era una banda latina operando con la misma estructura que en sus países de origen.
Organización muy jerarquizada
Según fuentes policiales, los Trinitarios establecidos en Catalunya actuaban con una jerarquía interna muy marcada. Los líderes designaban los objetivos que debían ser asaltados, a menudo víctimas seleccionadas por las joyas y relojes valiosos que llevaban. Los miembros de rango inferior hacían vigilancias en discotecas de ambiente sudamericano y esperaban que las víctimas salieran de los locales para atacarles, a veces con armas de fuego. Están relacionados con al menos cinco asaltos violentos, incluyendo un tiroteo el pasado 8 de junio en L'Hospitalet, en el que un hombre quedó gravemente herido, y el ataque de la noche de San Juan en Montigalà, donde dispararon contra varios jóvenes para robarles cadenas de oro, dejando dos heridos de bala y uno más con lesiones por arma blanca. La policía cree que la organización atacaba a personas para robar o incluso para hacer pagar deudas o por venganzas, por órdenes de terceras personas
La violencia del grupo también quedó demostrado el 25 de junio, cuando varios miembros interceptaron a un joven que circulaba en patinete y le dispararon en la pierna para robarle. La actividad delictiva no se limitaba a las calles: algunos integrantes continuaban dando órdenes desde la cárcel, especialmente en las operaciones relacionadas con el tráfico de drogas, que gestionaban tanto miembros en libertad como otros que ya cumplían condena o estaban preventivamente reclusos.
Armas, drogas y dinero en efectivo
La madrugada del 2 de diciembre, la policía catalana y española activaron el dispositivo final. Entradas y registros simultáneos se hicieron en Barcelona, L'Hospitalet, Sant Boi, Esplugues, Cubelles y Salou, donde incluso entraron en dos pisos de un mismo hombre que quedó arrestado. Paralelamente, se registraron siete celdas en tres centros penitenciarios, con la participación de funcionarios de prisiones. El objetivo era claro: neutralizar la cúpula, los segundos niveles y los soldados operativos, impidiendo que la banda pudiera regenerarse inmediatamente.

En los registros se intervinieron cinco armas de fuego, decenas de armas blancas, drogas, 30.000 euros en efectivo, material informático y teléfonos móviles que se están analizando. También se localizó simbología propia de los Trinitarios, como bandanas y collares que identifican el rango interno de los miembros. Siete de los detenidos ya se encontraban en prisión. Entre los arrestados hay hombres de entre 18 y 49 años, la mayoría de nacionalidad dominicana y con antecedentes por delitos violentos. Todos ellos pasaron a disposición judicial el 5 de diciembre ante el juzgado de L'Hospitalet que instruye el caso y que mantiene el secreto de las actuaciones. De los once detenidos que fueron entregados al juez que ha llevado el caso, siete ingresaron en prisión y cuatro quedaron en libertad, según ha podido saber ElCaso.com.
Este operativo confirma aquello que la policía había intentado evitar admitir públicamente: Catalunya sí que ha sufrido el arraigo de una banda latina con estructura propia, capacidad de obtener armas y voluntad de imponerse con violencia. Aunque los Mossos siempre han sido prudentes a la hora de utilizar esta etiqueta, la investigación ha permitido evidenciar que los Trinitarios habían logrado organizarse, reclutar miembros y actuar con un grado de peligrosidad altísimo. Con este golpe policial, la facción catalana queda prácticamente desarticulada, pero los investigadores no dan el caso por cerrado. Los análisis del material intervenido y las declaraciones judiciales pueden abrir nuevas líneas de investigación y vincular a los detenidos con otros hechos violentos aún por resolver.