Con la imagen a la mente de la estampida durante las celebraciones de Halloween en Seúl que han dejado más de 150 muertos, otra fiesta de Halloween en Sevilla podría haber acabado con otra tragedia similar, pero en pequeña escala. Un total de 13 menores de edad han tenido que ser atendidos por los servicios sanitarios con ataques de ansiedad, desmayos y deshidratación. Los hechos tuvieron lugar poco antes de las nueve de la noche de este sábado, cuándo varias personas llamaron al 092 denunciando que en el interior del local donde estaban había una saturación de personas.

Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Policía Local de Sevilla. Cuando llegaron se encontraron una ambulancia atendiendo a una chica de 14 años con un ataque de ansiedad, mareos, pérdida de la verticalidad y extremidades dormidas. Viendo que había más menores en la misma situación, se activaron más ambulancias. Algunos agentes policiales se quedaron atendiendo a los heridos que había en el exterior, mientras otros fueron hacia el local.

El local tenía las puertas bloqueadas, el aire acondicionado apagado y había cortado el agua en los lavabos

Después de comprobar que las puertas de emergencia estaban bloqueadas, algunas personas del dispositivo de seguridad privada alertó a los policías de las malas condiciones en que se encontraban los asistentes en la fiesta. Además de dejar entrar más gente de la que permitía la capacidad del local, los responsables no tenían el aire acondicionado activado, habían cortado el suministro de agua en los lavabos y no tenían botellas de agua para vender a los clientes.

Ante esta situación, los agentes de la Policía Local retiraron las vallas y liberaron las salidas de emergencia para que la gente pudiera salir al exterior. Una vez dentro, vieron que la sala estaba completamente saturada. En el suelo había jóvenes heridos que estaban siendo atendidos por otros chicos. Todos ellos presentaban la piel enrojecida, síntomas de fatiga, exceso de sudoración, mareos, falta de hidratación y dificultades para respirar.

Un total de 13 menores, de entre 14 y 17 años, tuvieron que ser atendidos por los servicios sanitarios en el interior de la sala por deshidratación, ataques de ansiedad y desmayos. Dos de estos heridos, tuvieron que ser trasladados a un centro hospitalario. No se descarta que pueda haber más heridos que hubieran sido llevados a un hospital por sus propios medios. Los policías procedieron a desalojar el local y lo precintaron de forma cautelar. Además, contactaron con los familiares de los menores afectados para informarlos de los derechos que tienen como personas perjudicadas víctimas de un delito.

En el interior del local, los agentes intentaron pedir explicaciones al responsable de la organización de la fiesta, un hombre de 42 años, sobre por qué el establecimiento se encontraba en aquellas condiciones, pero la respuesta que obtuvieron fue que tenía la necesidad de hacer negocio, aunque pusiera en riesgo la vida de aquellas personas. "De alguna forma tengo que ganar dinero", les explicó a los agentes que lo han acabado denunciando. La Policía Local ha abierto una investigación sobre los hechos.