Los Mossos d'Esquadra, en colaboración con la Policía Nacional y la Policía Judiciaria de Portugal, han desmantelado una mafia que se dedicaba a estafar ancianos haciéndoles creer que estaban a punto de ser víctimas de un robo, por lo que tenían que entregarles dinero en efectivo, tarjetas y joyas que pudieran tener en sus domicilios. Siempre llamaban haciéndose pasar por un trabajador de su banco con esta afirmación, y enviaban a un miembro del grupo disfrazado de policía o de técnico de la sucursal que se llevaba las pertenencias de los estafados, siempre personas de edad avanzada.
Con esta técnica los delincuentes se embolsaron más de 2,5 millones de euros con víctimas de Tarragona y de Sevilla. La base de operaciones del grupo se encontraba en Portugal, desde donde hacían llamadas en masa a vecinos de una localidad en concreto para determinar a las personas más susceptibles de caer en el engaño. Una vez identificado un "candidato", volvían a llamar bajo el pretexto de ser del departamento de seguridad de su banco. Les explicaban que habían detectado que un grupo criminal estaba monitoreando sus movimientos bancarios, y que lo más sensato sería extraer todo el dinero de la cuenta para anticiparse a un robo. Durante días acosaban a los ancianos con estas llamadas hasta que conseguían manipularles ganándose su confianza.
Saqueaban los pisos de las víctimas haciéndose pasar por policías
A las llamadas les seguía una visita en persona por parte de un "policía" o un "técnico" del banco que, asegurando que no era seguro que tuvieran sus objetos de valor y dinero en casa, coaccionaban a las víctimas para que les dieran sus tarjetas, dinero en efectivo, joyas y aparatos electrónicos. En algunos casos no era suficiente con la intimidación que ejercían sobre los ancianos con las falsas amenazas de robo y se ponían violentos con ellos hasta que conseguían su objetivo.
En algunas ocasiones, incluso obligaban a los ancianos a acompañarlos al banco para autorizar las transferencias a cuentas corrientes a nombre de los delincuentes o a hacer extracciones de dinero en los cajeros. En una ocasión, hicieron varias visitas a una misma persona hasta hacerse con más de 400.000 euros y, en otra, uno de estos falsos policías se quedó a dormir en el domicilio de la víctima, una mujer de 74 años que vivía sola, y sacó las joyas de la caja fuerte con el pretexto de llevárselos a un lugar más seguro dentro de un banco.
Mafia asentada en Portugal, blanqueaban el dinero con "mulas"
El enorme volumen de dinero con el que conseguían hacerse con este método hacía necesario blanquear el capital para no levantar sospechas. El dinero en efectivo normalmente los transportaba en coche hacia Portugal los mismos miembros del grupo, o bien mediante agencias de envío de dinero. Con respecto a las transferencias, contaban con "mulas" que recibían el dinero en sus cuentas para reenviarlos más adelante a otras controladas por la cúpula de la mafia, en Portugal. En otras ocasiones utilizaban este dinero para comprar teléfonos y portátiles de alta gama que posteriormente vendían. La técnica más sofisticada de blanqueo, sin embargo, era la compra de lingotes de oro que podían transportar fácilmente, al mismo tiempo que se minimizaba una potencial pérdida de su valor.
Después de más de un año de investigación, que empezó al principio del 2023, coordinada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Reus, el pasado 4 de junio se hicieron 19 entradas y perquisiciones en Valls (Tarragons), en Sevilla y en Faro (Portugal) y se procedió con la detención de 53 personas - los principales sospechosos, de nacionalidad española - y a requisar 20.000 euros en metálico, equipos informáticos y varios documentos que les relacionaba con más de 3.000 estafas.