El joven, que sembró el pánico con una pistola en un bloque de pisos de Lloret de Mar (Girona) el pasado 10 de enero, ha sido expulsado a Turquía. El chico, de 26 años y nacionalidad turca, según han explicado fuentes policiales a ElCaso.com, fue el mismo que fue detenido por los Mossos d'Esquadra, en colaboración con la Policía Local, el pasado mes de enero tras amenazar con un arma de fuego a toda persona que se cruzaba con él en un edificio de la zona de Fanals del municipio gerundense. En el incidente nadie resultó herido y el supuesto pistolero, con documentación falsa, quedó en libertad. Pero poco después la Policía Nacional se hizo cargo del caso y descubrió que, además, estaba buscado en su país de origen por un delito de tráfico de drogas.
Tras provocar el caos entre los vecinos, al llevar un arma corta y munición, además de apuntar a todo ser viviente, su identificación era falsa. El caso pasó a la Policía Nacional, al estar indocumentado, y los investigadores, según ha podido saber este medio, lograron relacionarlo con una búsqueda para cumplir ocho años de prisión en Turquía por narcotráfico.
Así identificaron al narco y pistolero turco de Lloret de Mar
Aunque el hilo del que tiraron los agentes de Extranjería de la Policía Nacional no fue fácil de hilvanar, no solo por la documentación falsa, sino porque el país otomano no forma parte de la Unión Europea. Esto incide directamente en que no se tengan registros en la base de datos policiales españoles, algo que todavía se volvió más complejo si se le suma al hecho de que el Estado turco no había emitido ninguna orden internacional de búsqueda y captura.
Con toda esta información, el Grupo Operativo de Extranjeros de Policía Nacional lo localizó y lo detuvo en Lloret de Mar. Los agentes lo trasladaron al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona por orden del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia, donde permaneció hasta que se materializó la expulsión a Turquía. Para ello, el joven fue trasladado a Madrid y, desde la capital, fue deportado vía aérea por la Unidad Central de Expulsiones y Repatriaciones (UCER).