Colocados estratégicamente en diferentes estaciones de tren de Catalunya, al acecho de inmigrantes indocumentados que quisieran llegar, por cualquier medio, a Francia. Esta era la estrategia que utilizaba una mafia dedicada a colar a través del Pirineo a personas sin papeles procedentes del Magreb, África Subsahariana u Oriente Próximo, sobre todo, de Siria. La Policía Nacional española, en colaboración con la policía francesa y la EUROPOL, han detenido a un total de diecinueve personas -quince en Francia, dos en Barcelona, una en Girona y una en Córdoba- relacionadas con este entramado criminal que facilitaba la inmigración ilegal entre el Estado español y el país galo. Todas han ingresado en prisión de manera provisional.

La investigación fue iniciada por la gendarmería francesa, que puso en conocimiento de la Policía Nacional la existencia de una organización criminal, formada por individuos de varias nacionalidades, que se dedicaban a captar migrantes irregulares para trasladarlos desde territorio nacional hasta Francia a cambio de sumas que oscilaban entre los 150 y 200 euros si el punto de partida era Barcelona, pero que podía subir centenares de euros más si los recogían de más lejos como, por ejemplo, de las estaciones de tren de Almería o Alicante.

Los captadores y los conductores

El entramado contaba con tres niveles de actuación. Por una parte, existían los llamados captadores quienes, como su nombre indica, se dedicaban a captar a los inmigrantes indocumentados que llegaban a las estaciones de tren a la espera de poder, de alguna manera, subir en uno y llegar hasta Francia. Los localizaban, se ganaban su confianza y les ofrecían transporte por carretera. Aquí entraba en juego la segunda escala del grupo: los conductores, encargados de trasladarlos hasta la localidad de Perpiñán. Los conductores contaban con la ayuda del tercer tipo de colaboradores, los "lanzadera". Su función era, quizás, la más importante, ya que se tenían que cerciorar de que durante el trayecto no hubiera controles policiales y también decidían las carreteras secundarias que consideraban más seguras para hacer estos viajes. Cuando tocaba volver hacia Catalunya, los delincuentes no dudaban en amortizar el desplazamiento y buscaban personas que quisieran hacer el viaje inverso.

El operativo policial que ha puesto punto final a los chanchullos de esta mafia internacional se hizo de manera coordinada en Francia y en Catalunya con diecinueve entradas y registros en domicilios -catorce en Francia y cinco en Barcelona y La Jonquera- en los que se ha intervenido una embarcación a motor, dinero en efectivo, drogas y documentación relativa a su actividad criminal.