La Policía Local de Lloret de Mar ha podido detener a un hombre acusado de tráfico de drogas gracias a un agente bien especial, un perro de la unidad canina K9. Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes por la noche cuando, hacia las nueve menos cuarto de la noche, esta unidad estaba haciendo patrullaje por la zona de la avenida Just Marlés de la localidad. Al darse cuenta de su presencia, un grupo de ocho chicos salió de manera precipitada de una sala recreativa, lo que hizo levantar las sospechas de los policías. Pararon a uno de los jóvenes y lo registraron, ya que era un viejo conocido del cuerpo policial por otros delitos contra la salud pública. En esta ocasión, sin embargo, no llevaba drogas encima.
Delatado por el perro policía
Aunque los agentes no detectaron nada inusual, el perro policía se acercó a él y empezó a olfatearle el bolsillo. Delante de eso, los agentes sospecharon que habría podido llevar droga hasta poco antes y que se habría deshecho escondiéndola en algún lugar. Por eso, se pidió más presencia policial y, mientras unas patrullas hacían búsqueda por la zona buscando las sustancias estupefacientes, los otros agentes identificaron a los ocho chicos. En este momento, el perro policía volvió a identificar a uno de ellos, que tampoco llevaba drogas encima. En este caso, sin embargo, encontraron que llevaba las llaves de un coche aparcado justo al lado, así que decidieron registrar el vehículo.
Aquel era el escondite de la droga que estaban buscando. Durante el registro del coche, el perro detector volvió a marcar la presencia de estupefacientes. En el interior de la guantera, los agentes encontraron ocho dosis de marihuana, ocho más de hachís y 22 de cocaína. Además, también localizaron dos cajas con diez botellas gas nitroso y una barra de hierro de 60 centímetros con mango de madera que se podría utilizar como un arma. Así pues, el propietario quedó detenido acusado de un delito contra la salud pública y fue puesto a disposición de los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Blanes.
