La policía estatal de Maine (Estados Unidos) y agentes del FBI han encontrado muerto a Robert Card, el exmilitar de 40 años que el pasado miércoles disparó con un rifle de guerra contra varias personas, primero en un bar y más tarde en una pista de bolos, dejando 18 víctimas mortales y 13 heridos. Card pudo huir antes de que llegaran las autoridades, y estaba en busca y captura desde entonces, con toda la comunidad de Lewiston encerrada en casa debido al alto riesgo que suponía el hombre.

Durante dos días, centenares de agentes han estado buscando al tirador por todo el contado de Androscoggin. El mismo día de la matanza encontraron su coche, un todoterreno blanco, abandonado cerca de un embarcadero a la localidad de Lisbon, a solo 12 kilómetros del lugar del tiroteo. Su cadáver ha aparecido por aquella zona con un tiro en la cabeza, y las autoridades locales han confirmado en un comunicado que Robert Card se ha suicidado.

Dejó una nota en su casa

Los motivos de este nuevo tiroteo en los Estados Unidos, el más mortífero del país de lo que llevamos de año, todavía se desconocen. Los medios locales informaron de que Card sufría un trastorno mental y que ya había amenazado con tirotear a la Guardia Nacional. Además, durante la exhaustiva búsqueda de Card, los policías encontraron una nota en su casa en la que aseguraba que no lo encontrarían con vida.

Entre las 18 personas que perdieron la vida a manos de Robert Card durante el tiroteo del miércoles, había un chico de solo 14 años. Muchas de las víctimas pertenecían a la comunidad sorda, que estaban haciendo una reunión en uno de los establecimientos donde Card entró con el rifle.