La Guardia Urbana de Barcelona ha detenido a un hombre que intentaba moverse sigilosamente por la ciudad. El hombre se escondía entre la vegetación en el distrito de Gràcia para pasar desapercibido, pero fue precisamente su actitud sospechosa lo que lo delató. En su habitual exceso de celo, la Guardia Urbana no ha revelado más información del detenido a este medio, como la edad, los antecedentes o la nacionalidad.

Los hechos tuvieron lugar ayer, lunes 15 de diciembre, cuando una patrulla de paisano se encontró con un hombre que iba caminando por el paseo de Sant Joan, pero lo hacía de forma muy sospechosa. El hombre no iba por el medio, sino que intentaba esconderse entre la vegetación, evitando cruzarse con nadie y esquivando a aquellos con quienes se encontraba. Los agentes se fijaron en él y lo siguieron durante un rato, hasta que lo detuvieron e identificaron. Resulta que el hombre se escondía porque tenía prohibida la entrada en la ciudad. La orden de prohibición la había emitido un Juzgado de Violencia sobre la Mujer. Por este motivo, se detuvo al hombre

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Esta no fue la única detención que hizo ayer la Guardia Urbana de Barcelona. Unos agentes, esta vez uniformados, vieron a dos individuos —cuya nacionalidad se desconoce— que intentaban evitarlos, lo que hizo les hizo sospechar, e interceptaron a las dos personas. Los sospechosos tenían una mochila, y cuando los policías la registraron, entendieron que los delincuentes intentaran evitarlos. Dentro de la mochila había dos tarjetas de crédito y un móvil, los tres objetos robados, junto con varios productos de alimentación, tabaco y monedas extranjeras. Los agentes lo investigaron y, rápidamente, descubrieron que la compra del tabaco y la comida se había hecho con las tarjetas de crédito robadas, tal como revelaron las cámaras de seguridad y la dependienta del establecimiento. Por este motivo, ambos fueron detenidos, se devolvieron los objetos robados a su propietario y los otros productos al local.