Macabro hallazgo en un piso en el distrito madrileño de Arganzuela. Este martes, la Policía Nacional encontró el cadáver medio devorado de su propietario, un hombre de 70 años que haría unas dos semanas que habría muerto. Fueron los vecinos del edificio, situado en el número 28 de la calle Divino Valdés, los que alertaron a los servicios de emergencias a raíz de los continuos gemidos del perro del anciano, un pastor alemán denominado Rocky, y de la gran cantidad de excrementos que había en el patio y provocaban que se extendiera el mal olor hacia los diferentes pisos, sospechando que podría haberle pasado alguna cosa grave al propietario.
Devorado por su propio perro
Efectivos policiales se presentaron en el domicilio acompañados de los bomberos, que tuvieron que romper la reja de una ventana para poder acceder a la vivienda. En el interior, encontraron el cuerpo sin vida del hombre sin que se pudiera hacer nada para salvarle la vida. De hecho, según los primeros indicios, haría unos quince días que habría muerto. El cadáver estaba medio devorado por el perro, que se había comido partes del cuerpo de su dueño para poder sobrevivir durante tantos días, al mismo tiempo que se hidrataba con el agua de la lluvia que se había ido acumulando en los cubos que había en el patio.
Según las primeras pruebas forenses, el hombre habría muerto de causas naturales, así que la Policía Nacional ha descartado abrir una investigación criminal. El anciano vivía solo y no tenía buena relación con su familia, tal como detalla El Mundo, a pesar de que sí era asiduo a un bar donde ya hacía días que no lo veían aparecer y estaban preocupados por él, ya que en los últimos meses estaba enfermo y su físico se había ido deteriorando. Una vez encontrado su cadáver se le podrá dar sepultura, mientras que el perro ha sido trasladado a un centro de protección animal municipal.