Después de meses de búsqueda, decenas de granjas inspeccionadas y una serie de denuncias que no paraban de llegar a comisaría, los Mossos d'Esquadra han localizado casi un centenar de las más de 300 cabras y ovejas robadas a finales del 2024 y principios del 2025 de varias explotaciones ganaderas del Camp de Tarragona. Eso sí, solo catorce de 98 se han podido recuperar con vida; de los 84 restantes, desgraciadamente, solo se han encontrado los microchips y otros elementos identificadores. La investigación llevada a cabo por los agentes de la Unidad Regional de Medio Ambiente (URMA) de los Mossos y el personal del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (DARPA) de la Generalitat de Catalunya ha concluido con el registro de una granja irregular ubicada en Constantí (Tarragona) y con la detención de un hombre de 58 años acusado de receptación y maltrato animal y otro de 72, acusado de receptación.


El pasado 24 de enero, los agentes de la URMA hicieron un macrodispositivo en el Camp de Tarragona con siete inspecciones simultáneas en granjas de la zona, con el objetivo de detectar cualquier irregularidad administrativa que pudiera indicar que los animales eran robados. Para este efecto, revisaron los microchips de todo el ganado con la ayuda de los veterinarios del DARPA, sin resultados concluyentes. A pesar de no poder encontrar las cabras y ovejas sustraídas en aquel momento, sí que consiguieron información sobre una finca de Constantí donde, supuestamente, había animales a pesar de no estar registrada como explotación ganadera. Para cerciorarse enviaron un helicóptero que grabó unas imágenes donde salían animales vivos. Esta macroinspección, además, y según se desprendió de la investigación, puso en alerta a los sospechosos, quienes ya no quisieron recibir las últimas 120 cabras que habían encargado robar y que tuvieron que ser abandonadas en unas antiguas perreras en Montblanc.

Robaban los animales para sacrificarlos irregularmente y servirlos en un restaurante

Esta línea de investigación les llevó hasta un hombre que regentaba un restaurante en Tarragona ciudad. Esta persona, junto con un socio, recibía el ganado sustraído, los escondía en la finca de Constantí -propiedad de un tercer hombre- y los sacrificaba sin ninguna medida higiénica ni ningún control veterinario para después servirlos en este restaurante. Todo eso suponía un grave riesgo para la salud de las personas que acababan comiéndose estos animales, ya que el procedimiento de sacrificarlos incumplía todas las normativas vigentes relativas a la matanza, conservación y transporte de animales destinados al consumo.

cabras robadas constantí
Gracias a los microchips se han podido localizar las granjas de donde habían sustraído los animales / CME.

Con toda esta información, los días 6 y 11 de marzo, los agentes hicieron sendas inspecciones en la finca. En la primera encontraron catorce animales vivos y diecinueve identificadores de cabras y corderos ya sacrificados; en la segunda, después de detectar varios puntos con indicios de haber enterrado restos de animales muertos, pudieron encontrar los identificadores de 65 animales más.

granja ilegal de constantí
Encontraron los restos de decenas de cabras y ovejas ya sacrificadas en la finca / CME.

Los microchips revelaron que los habían sustraído de diecisiete explotaciones ganaderas tanto del Camp de Tarragona como de las Terres de l'Ebre, Castellón y Murcia. De estas, trece habían denunciado robos, concretamente, en Mont-roig del Camp, l'Espluga de Francolí, Vimbodí i Poblet, el Pla de Santa Maria, Vandellòs i l'Hospitalet de l'Infant, Vilabella, Sant Jaume dels Domenys, Tivissa, Ulldecona y Rasquera. De estos animales, según ha podido saber ElCaso.com, ocho ya han sido devueltos a sus propietarios legítimos después de ser trasladados a una granja con convenio con la Generalitat para cuidar de ellos. 

La investigación, mientras tanto, continúa abierta para poder encontrar los animales que faltan, así como para detener a los autores materiales de estos robos.