La hermana de Adriana, venezolana establecida en los EE.UU., hace varios años que vive en Catalunya. Hace tres meses, sin embargo, dejó de contestar a llamadas y mensajes y la única pista que dejó sobre dónde se encontraba fue una ubicación de WhatsApp que señalaba la parroquia de la Mare de Déu de la Mercè, en Manresa (Barcelona), a cargo del Instituto del Verbo Encarnado (IVE). Este grupo religioso, que apareció en Argentina en el año 1984, tiene una trayectoria marcada por los escándalos de abusos sexuales cometidos por su fundador, Carlos Miguel Buela, y la fama de actuar de manera sectaria a la hora de captar y mantener en la congregación a los fieles.
Con esta información, Adriana, muy preocupada por la situación en la que podría encontrarse su hermana, decidió coger un vuelo hacia Barcelona, a finales del pasado mes de septiembre, donde se reunió con un amigo de su hermana. Juntos, se desplazaron hasta Manresa para intentar ponerse en contacto con ella, ver si se encontraba bien y, en caso de cualquier duda sobre las circunstancias de su estancia con la institución, rescatarla de la misma y alejarla de sus miembros.
Encontró a su hermana completamente abducida
Cuando llegaron a la parroquia, se encontraron la puerta cerrada. Cuando finalmente les atendieron, la persona que salió negó que la hermana de Adriana estuviera dentro, pero, después de mucho insistir, la dejaron salir. "Estaba muy diferente, como abducida, con la mirada perdida, con un diálogo incoherente y muy delgada", explicó Adriana a los Mossos d'Esquadra, según recoge El Periódico. "Empezó a rezar moviendo la cabeza como en un delirio"; eso le sorprendió, ya que, según la denunciante, ni ella ni su familia habían sido nunca religiosos.
Cuando su hermana volvió a entrar dentro de la iglesia, la puerta se volvió a cerrar con llave. Tanto Adriana como el amigo de su hermana aseguraron que no se marcharían sin ella y fue entonces que salió el mosén de la congregación. "Cuando intenté entrar, me cogió de los brazos, dos hombres se acercaron a nosotros y empezaron a golpearme por todo el cuerpo". Mientras tanto, el amigo de su hermana consiguió llegar hasta ella y apartarla del disturbio, pero aparecieron más miembros del IVE que la volvieron a hacer entrar dentro de la parroquia.
Detuvo su vida para entrar en esta secta
Con todo, Adriana y el amigo de su hermana no pudieron hacer nada más que marcharse sin ella y poner una denuncia. Investigando sobre los últimos meses de la vida de su hermana, Adriana descubrió que detuvo su vida por completo: había renunciado al trabajo, dejado el piso que alquilaba y cerrado sus cuentas bancarias; se había entregado de lleno a la congregación de la cual no parece que quiera desligarse.
Por otra parte, después del incidente en Manresa, el IVE la envió a Roma para hacer un seminario dirigido a aquellas mujeres que, según los dirigentes, tienen "vocación". "Soy completamente consciente de que mi hermana es mayor de edad y de que ella decide sobre su vida, pero no puedo evitar pensar que en este lugar están haciendo prácticas insanas a nivel católico", concluye a Adriana.