Francisco es el eterno sospechoso del doble crimen de Almonte: alguien asesinó a una niña de 8 años y a su padre clavándoles 151 puñaladas. Todo apuntaba a que este hombre era el responsable de los macabros asesinatos, pero lo declararon inocente después del juicio. No obstante, hay algunos detalles que hacen que muchas personas sigan pensando que es culpable del crimen.
Todo empezó el 27 de abril del 2013 en Almonte, un municipio de poco más de 24.000 habitantes cerca de Huelva. El 27 de abril de hace nueve años, encontraron los cadáveres de un padre y su hija de 8 años en el interior de un piso. El cuerpo de la niña tenía 104 puñaladas y estaba tapado cuidadosamente con una manta. El cuerpo de Miguel, el padre, tenía 47.
La Guardia Civil abrió una investigación para averiguar qué había pasado, ya que tenían sospechas de que el padre había matado a la niña y, posteriormente, se había suicidado. Pero los informes forenses determinaron que los dos habían sido asesinados.
Fransisco Javier Medina fue detenido como presunto autor de los hechos
Las investigaciones apuntaban hacia Fransisco Javier Medina. Este hombre estaba saliendo con la Marianela, que era la expareja de Miguel y madre de la niña asesinada. Según explican los testigos, Francisco maltrataba a Marianela y le controlaba todos los movimientos. Le pidió que cortara el contacto con su exmarido, pero ella no le hizo caso. De hecho, se planteó que eso fue el motivo del doble asesinato.
El hombre no fue condenado por el doble crimen de Almonte
En el juicio se presentaron muchas pruebas que podrían demostrar su presunta implicación en el crimen: unas pruebas de ADN, la poca veracidad de su coartada, los testigos de algunos vecinos del lugar donde pasó el crimen y las mentiras y contradicciones que él mismo dijo en el juicio.
"Alto número de pruebas con un altísimo contenido incriminatorio"
Así y todo, estas pruebas no fueron suficientes para condenarlo y lo absolvieron. Los investigadores de la Guardia Civil tienen claro que el autor de los hechos es Francisco Javier Medina, pero la sentencia del jurado popular, ratificada por el Tribunal Supremo, es absolutoria. Según Fiscalia, el juicio fue "auténtico despropósito por el alto número de pruebas con un altísimo contenido incriminatorio" contra el acusado. Francisco Javier Medina sigue defendiendo su inocencia y el asesino de Miguel y su hija continúa en libertad nueve años después del crimen, ya que no hay ningún culpable.