La Guardia Civil de Alicante ha investigado en la provincia de Toledo a un joven acusado de estafar 44.000 euros a una mujer a la que le pidió el teléfono móvil para hacer una llamada y aprovechó para conseguir sus claves de acceso a la cuenta bancaria.

Las investigaciones comenzaron a finales del año pasado, cuando una mujer de 44 años denunció ante la Guardia Civil de Finestrat (Alicante) que había quedado con un joven al que había conocido en Internet cuando trataba de buscar asesoramiento legal para un asunto personal.

El joven la citó en un centro comercial de la localidad de Alicante y durante el encuentro le pidió su teléfono móvil con la excusa de que necesitaba hacer una llamada, a lo que accedió sin sospechar; sin embargo, poco después le sustrajeron 44.000 euros de la cuenta bancaria.

El trabajo de los agentes especializados

El Puesto de Finestrat dio traslado de las diligencias a la Unidad especializada en la lucha contra la ciberdelincuencia de la Guardia Civil de Alicante, que inició una operación para esclarecer los hechos, según han informado este sábado fuentes de la Benemérita.

Según averiguaron, el hombre aprovechó supuestamente el acceso al móvil de la mujer para apoderarse de las claves de la cuenta bancaria y posteriormente, en tres movimientos distintos, transfirió 44.000 euros a su cuenta.

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Los agentes localizaron al sospechoso en la localidad de Ugena, en Toledo, y solicitaron la colaboración del equipo de Illescas en su investigación como presunto autor de un delito de estafa y otro de usurpación de identidad.

Se trata de un joven de 20 años, de nacionalidad española y nacido en Rusia, que ya ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de la Vila Joisa (Alicante). El juzgado ha decretado el bloqueo de la cuenta a la que el presunto autor transfirió los 44.000 euros, lo que ha permitido que el dinero sustraído haya sido recuperado. 

Las estafas virtuales pueden ser muy peligrosas

Con los avances tecnológicos han llegado nuevas formas de hacer las cosas, mucho más rápidas y ágiles. Un ejemplo de ello son las operaciones bancarias, que se pueden hacer en muy pocos segundos y desde cualquier lugar, el ir a la oficina ya forma parte del pasado para muchas personas.

Pese a ello, este tipo de nuevas tecnologías pueden ser muy peligrosas si no conocemos las posibilidades que tienen y lo que se puede hacer con algo tan sencillo como una contraseña de cuatro números o incluso con algo tan simple como nuestros apellidos o nuestra dirección.

De hecho, muchos estafadores de internet no buscan nuestro dinero directamente. Ahora algunos quieren nuestros datos personales, nuestro banco, dirección, DNI, nombre completo, información familiar... Todo les sirve para venderlo a otros o incluso para suplantar nuestra identidad mientras cometan otros delitos. Es por eso que hay que tener cuidado y no enviar datos a otros sin un motivo justificado.