Un hombre ha sido detenido como presunto autor de un homicidio en grado de tentativa después de ser pillado escondido dentro del armario de su expareja, a quien estaba esperando a que volviera del trabajo para asesinarla. Los hechos tuvieron lugar el pasado 8 de febrero en un piso de Vecindario, en las Islas Canarias. Una vecina del edificio alertó a la Guardia Civil porque vio que habían forzado la puerta de una de las viviendas y oía ruidos en el interior, pero le parecía que la mujer que vivía allí estaba trabajando. Al comprobar de quién era la vivienda, comprobaron que pertenecía a una víctima de violencia de género y rápidamente enviaron a una patrulla para protegerla.
El hombre se había escondido dentro del armario de su pareja para matarla
Al llegar, los agentes comprobaron que la puerta estaba abierta y entraron en el piso. Inspeccionaron todas las habitaciones y parecía que no había nadie, hasta que en el armario de una de las habitaciones encontraron a un hombre escondido que llevaba puestos unos guantes de látex. En identificarlo, comprobaron que era el agresor de la mujer y que sobre él pesaba una orden de alejamiento por una denuncia previa en que lo había amenazado con un arma blanca. Por este motivo, fue detenido. El hombre llevaba encima una cinta americana, un mechero y había dejado unas tijeras colocadas estratégicamente sobre la mesilla de noche. Al registrar el domicilio, encontraron las herramientas que había utilizado para forzar la puerta. Además, había un vaso con alcohol y el arrestado les explicó que se había hecho dos combinados mientras esperaba.
Los agentes avisaron a la mujer y la esperaron en la vivienda. Al llegar, la víctima les explicó que después de denunciarlo le había estado enviando mensajes diciendo que "hoy se acaba todo". El hombre fue trasladado a dependencias policiales, donde confesó a los policías que su intención era matar su expareja. De hecho, según ha detallado Las Províncias, todavía en los calabozos, siguió gritando que mataría a la mujer cuando lo dejaran libre y que no le importaba entrar en prisión y pasarse 20 años entre rejas por matarla. "De la prisión sale, pero del cementerio no", llegó a decir.