La Policía Nacional ha liberado a una mujer de origen pakistaní que residía en Barcelona después de que su padre la obligara a casarse con un desconocido en su país. El hombre ha sido detenido por los agentes, así como la madrastra de la víctima, acusados de un delito de tráfico de seres humanos con fines de matrimonio forzado.

El caso se empezó a investigar el pasado mes de septiembre cuando los agentes recibieron información sobre una joven que había sido trasladada a Pakistán durante el verano contra su voluntad, con el objetivo de casarla con un hombre que ella no conocía y con quien se negó a casarse. Como castigo, la retuvieron en su país y prácticamente secuestrada dentro de su casa, de dónde solo la dejaban salir una hora al día y siempre en compañía de algún familiar.

Controlada las 24 horas del día

Cuando los agentes pudieron localizarla y ponerse en contacto con ella, la chica les explicó que vivía en Barcelona con su padre y la pareja de él, y que los dos la controlaban en todos los aspectos de su vida, desde cómo podía ir vestida hasta cuando podía salir de casa o con quién podía verse fuera del círculo familiar. En un principio, le negaron incluso una educación, no permitiéndole ir a la escuela, a pesar de que, después de mucho insistir, la situación cambió. No obstante, no la dejaban tener amigos, y estaba obligada a volver directamente a casa después de acabar las clases.

En definitiva, la víctima no tenía vida social fuera de su familia. Pero la situación empeoró cuando su padre la envió a su país para casarla con un desconocido. Como se negó, la castigaron quitándole la documentación, de manera que no podía volver a Catalunya, y sometiéndola a un control férreo, sin dejarla sola en ningún momento y solo permitiéndole salir de casa acompañada.

Acogida por una ONG

Después de dos meses, y gracias a la colaboración del Agregado de Interior en Pakistán, la joven pudo ser liberada del infierno que estaba viviendo, y la dejaron en manos de una ONG especializada en supervivientes de tráfico de seres humanos. En Barcelona, la Policía Nacional detuvo al padre y la madrastra de la chica, y les pusieron sendas órdenes de alejamiento para evitar que puedan tener cualquier contacto con la víctima.