Agentes de la Policía Nacional han detenido a un hombre de 33 años en la ciudad de Estepona, en Málaga, sobre el cual pesaban dos órdenes de busca y captura, una de las cuales para entrar en prisión. Esta última era por unos hechos ocurridos en el verano de 2018, cuando disparó a un policía que lo iba a detener en una actuación por violencia machista. El agresor sacó una pistola semiautomática y le clavó un tiro al agente, que pasó a pocos centímetros de la cabeza del policía y que estuvo a punto de matarlo. Afortunadamente, solo impactó en un cristal que había detrás de él y que era propiedad de otro vecino.

El fugitivo tomaba medidas de seguridad para no ser localizado

Además de la orden de detención por este atentado contra un agente de policía, el fugitivo también tenía otra requisitoria judicial por un quebrantamiento de condena por otro delito. El fugitivo, con numerosos antecedentes policiales y muy violento, hacía mucho tiempo que estaba en paradero desconocido y había tomado muchas medidas de seguridad para que no lo encontraran, sin prácticamente salir a la calle y dejarse ver por la gente. Este pasado martes, sin embargo, acabó su huida después de que la Policía Nacional lo localizara hacia la una y media del mediodía por las calles de Estepona, en las puertas del edificio donde vivía.

Al decirle que se detuviera, el hombre intentó volver a huir y evitar la detención subiendo las escaleras a toda prisa. Al llegar al tercer piso, salió por una ventana e intentó bajar enganchado a una cañería, aunque al ver la peligrosidad de la acción, desistió y volvió a entrar dentro del edificio. Todavía se resistió a la detención forcejeando con los agentes y dándolas varios golpes, hasta que fue reducido, inmovilizado y detenido. El juez ha decretado su ingreso en prisión incondicional y sin fianza.