Un hombre británico que cometió un asesinato en Portugal ha estado escondiéndose en Alicante durante más de tres años, aprovechándose de la colonia británica que reside en esta localidad del País Valencià, y sorteando diferentes dispositivos policiales que se realizaban únicamente con la finalidad de capturarlo. La historia se remonta en abril del año 2022, cuando el individuo vivía en la zona del Algarve portugués con otro hombre.
El detenido tuvo una pelea con su compañero de piso y, en medio de la reyerta, cogió un cuchillo de cocina y se lo clavó hasta 24 veces. La víctima intentó defenderse y escapó por la ventana del apartamento donde residía con su agresor, pero acabó muriendo a causa de la gravedad de las heridas.
La policía portuguesa inició una investigación contra el hombre británico, que se había dejado la documentación en el apartamento donde cometió el crimen y que, una vez acabó la pelea, abandonó el país huyendo de la justicia. En aquel momento Portugal emitió una Orden Europea de Detención y Entrega. A raíz de esta orden, la National Crime Agency del Reino Unido se sumó a la investigación
Escondido en Alicante
Las perquisiciones permitieron descubrir que el autor del crimen se escondía en España, concretamente estaba a caballo entre Málaga y Alicante. Por este motivo, la agencia especializada en crímenes del Reino Unido contactó con la Guardia Civil, pidiendo ayuda y colaboración para detener al hombre.
La benemérita descubrió que el individuo se aprovechaba de las colonias británicas de Málaga y Alicante para esconderse y dificultar la localización. Además, contaba con el apoyo logístico de su familia y de su entorno más próximo, algunas personas del cual también acusadas de otros delitos policiales. Esta ayuda que recibía hacía que la policía tuviera más dificultades para detenerlo, ya que su red de apoyo le proveía dinero y comida.
El individuo, de hecho, llegó a saltarse dispositivos policiales que estaban destinados exclusivamente a su captura e incluso, en alguna de las operaciones, intentó atropellar a los agentes que intentaban detenerlo. Finalmente, la Guardia Civil, en colaboración con la policía británica y portuguesa, consiguieron detener al hombre cuando se disponía a abandonar uno de sus domicilios temporales para instalarse en otro.