Agentes de la Policía Nacional han desmantelado una plantación de marihuana ubicada en una nave industrial de Terrassa. Se han decomisado 1.666 plantas y se ha detenido a las tres personas que se encargaban de cultivar la droga. Los delincuentes, como suele ser habitual en este tipo de casos, tenían la luz pinchada y consumían mucha más electricidad del normal. Lo que ya no es tan habitual, sin embargo, es el sofisticado sistema que habían instalado a fin de que los vecinos no detectaran el olor de marihuana y les pudieran denunciar.

No obstante, alguien empezó a sospechar de la existencia de una plantación de marihuana y alertó a la Policía Nacional de manera anónima. Fue entonces cuando se abrió una investigación para saber si la denuncia tenía razón. Contactaron con la compañía eléctrica y unos técnicos comprobaron que la nave industrial gastaba mucha más energía de lo que tendría que ser habitual y, además, tenían la luz pinchada de forma peligrosa con un alto riesgo de incendio.

La nave estaba alquilada por una falsa empresa

Los investigadores pudieron determinar que la nave acostumbraba a ser frecuentada por tres personas. Además, comprobaron que la propiedad había firmado un contrato de alquiler de ocho años a nombre de una empresa, pero esta nunca había registrado ningún tipo de actividad económica. Solo servía como a tapadera para alquilar la nave y poder montar la plantación de marihuana.

Finalmente, después de recibir la autorización judicial, la Policía Nacional procedió a la entrada y registro de la nave. En el interior se encontraron 1.666 plantas de marihuana en la fase final de crecimiento. En total, se calcula que había unos 300 kilos de droga. Además, también se intervinieron 3.500 euros en efectivo. Los policías también descubrieron que había instalado un sofisticado sistema aislante hecho de filtros de carbono para evitar que el olor saliera al exterior y alertara a los vecinos de la zona.

En la operación policial se detuvieron las tres personas encargadas de mantener el cultivo de la droga. Están acusados de ser los presuntos autores de los delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública y defraudación de fluidos eléctricos. Los tres se dedicaban a esta actividad ilícita simplemente para ganar el dinero de la venta de la droga.